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Hamilton retrasa la fiesta

Ganó en Austin, pero el segundo puesto de Vettel evitó, de momento, su cuarto título

Hamilton, en el centro, y Vettel, a su izquierda, en la salida del Gran Premio de Estados Unidos
Hamilton, en el centro, y Vettel, a su izquierda, en la salida del Gran Premio de Estados Unidoslarazon

Ganó en Austin, pero el segundo puesto de Vettel evitó, de momento, su cuarto título.

Hamilton tendrá que esperar una semana o algo más para alcanzar su cuarto título mundial. En el Gran Premio de Estados Unidos lo hizo todo para coronarse de nuevo, pero su rival, esta vez, no cometió los dramáticos errores de anteriores carreras. Vettel cruzó la línea de meta en segunda posición, pero no pudo evitar que su directo rival conquistara una nueva victoria. En lugar de recortarle puntos comprobó cómo su desventaja aumentaba. En una semana, en México, Hamilton tendrá un nuevo «match point» para alcanzar su objetivo.

Vettel salía con un único planteamiento: ganar la carrera y apurar al máximo sus posibilidades de título, aunque fueran remotas. Y empezó muy bien. Le robó la cartera a Hamilton en la salida desde la segunda plaza y lideró la prueba durante varias vueltas. Sin embargo, el inglés le devolvió la moneda con uno de esos adelantamientos que duelen, sin DRS, y en la curva donde menos lo esperaba. Desde ese momento, la carrera se convirtió en un monólogo del piloto de Mercedes, que controló el Gran Premio hasta el final y sólo preguntaba, vía radio, por la situación de su rival para saber si ya podía celebrar la consecución de su cuarta corona. Vettel fue incapaz de hacerle frente y no sólo eso, al final debió luchar con Verstappen y Bottas merced a una estrategia confusa.

Carlos Sainz completó un fin de semana perfecto. La adaptación al nuevo equipo resultó mucho mejor de lo esperado y en Renault quedaron entusiasmados con la llegada del madrileño. Claro que, las comparaciones con su antecesor, Jolyon Palmer, resultan demasiado odiosas. Además, su compañero, Nico Hulkenberg, recibió la peor medicina que puede darte un compañero de equipo, que no es otra que batirte en clasificación y en carrera. El alemán, muy experimentado, abandonó por avería y ahora la ilusión dentro de la escudería gala se llama Carlos Sainz. Ha significado un auténtico revulsivo y hasta el gran jefe de la estructura, Cyril Abiteboul (junto al mítico Alain Prost), no podía esconder su satisfacción con el fichaje del piloto español. En la parte final de la carrera luchó por la sexta plaza con Occon, pero el francés defendió muy bien su puesto y acabó séptimo. Es un grandísimo resultado que motiva mucho al equipo para lo que queda de temporada y, sobre todo, para la siguiente.

Alonso no pudo finalizar la carrera debido a un fallo del motor. Arrancó muy bien, le ganó la posición a Sainz y lo estaba haciendo todo bien para estar en la zona de puntos. Pero, otra vez, el motor Honda le obligó a bajarse del coche antes de tiempo.