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El piloto británico Lewis Hamilton (Mercedes) celebra su victoria en Spa
El piloto británico Lewis Hamilton (Mercedes) celebra su victoria en Spalarazon

Genio dentro de la pista y, desde hace unos meses, también fuera de ella. O al menos eso quiere proyectar Lewis Hamilton con sus triunfos en la F-1 y sus andanzas comunicadas a través de las redes sociales. La vuelta de las vacaciones no ha cambiado nada. El inglés domina con mano de hierro y lo hace después de asistir impasible a las críticas de algunos sectores por los excesos cometidos durante las vacaciones. Algo que quedó muy bien reflejado en su cuenta de Twitter y que él mismo se encargó de publicar. Sin embargo, nada le ha desconcentrado. En Bélgica firmó una victoria contundente, que empezó a fraguar desde el sábado con la consecución de la «pole». Con la victoria obtenida en uno de los escenarios más complicados del calendario (Spa), diluye cualquier comentario que quiera relacionar su vida personal con la profesional. Y eso es precisamente lo que pretende el dueño y señor de la Fórmula-1, Bernie Ecclestone: un nuevo James Hunt, un piloto que lo dé todo sobre el asfalto y que luego sea conocido por sus fiestas, viajes, romances... Es decir, todo lo contrario de lo que se estila en los actuales pilotos de la parrilla, salvo Kimi Raikkonen.

Hamilton salió victorioso de Bélgica y ya aventaja a su compañero Rosberg en 28 puntos en la general, una distancia que le ofrece una carrera de margen, aunque, visto lo visto y el estado de forma por el que atraviesa el de Mercedes, apunta a todo lo contrario. Su rival en la lucha por el título está casi desaparecido. Ayer Rosberg perdió varias posiciones en el momento de la salida y más tarde debió recuperar el terreno cedido. Hamilton mantuvo la ventaja obtenida en los primeros giros y, por detrás, Vettel y Grosjean optaron al tercer puesto. El resucitado Lotus (con motor Mercedes) realizó su mejor carrera de la temporada, pero no fue hasta la sorpresa final cuando no consiguió su merecido premio. Vettel, mermado por el bajo rendimiento de su motor, se vio obligado a plantear el Gran Premio a una sola parada. Debía ser muy cuidadoso con las ruedas para alcanzar la meta sin perder el tercer lugar. Sin embargo, la degradación fue tan elevada que en el último suspiro reventó el neumático trasero izquierdo y a punto estuvo de sufrir un fuerte accidente. Perdió el tercer cajón del podio y cruzó la meta en duodécima plaza, justo por delante de Alonso. Se quejó amargamente a Pirelli e incluso no acudió al pesaje, obligatorio para todos los pilotos que terminan la prueba.

En cuanto a los españoles, la suerte no estuvo de cara. La demostración de Sainz del sábado quedó en nada debido a un fallo del motor en la primera vuelta. Más tarde tuvo que retirarse.

Fernando Alonso continuó la línea plana en la evolución del McLaren. Fue decimotercero y sin ningún atisbo de mejora. Incluso señaló que la de ayer había sido una de sus mejores carreras en Spa-Francorchamps. Merhi fue decimoquinto.

Dentro de dos semanas la F-1 aterrizará en Monza y allí, McLaren-Honda ya ha confirmado que no será un fin de semana muy propicio.