Champions League

Sevilla F.C.

El poste evita la tragedia

El Sevilla sufre para eliminar al Basaksehir y meterse en la Champions. El tiro al palo de Emre en el último minuto asustó al Pizjuán

Ben Yedder celebra celebra su gol, segundo del equipo ante el Estambul Basaksehir
Ben Yedder celebra celebra su gol, segundo del equipo ante el Estambul Basaksehirlarazon

El Sevilla sufre para eliminar al Basaksehir y meterse en la Champions. El tiro al palo de Emre en el último minuto asustó al Pizjuán.

Habrá cuatro equipos españoles en el sorteo de mañana en Mónaco. El Sevilla sufrió un calvario y jugó con fuego, pero pasó. A menudo, se emplea en vano la palabra trámite. El partido que jugaban anoche los sevillistas frente al Basaksehir, tras haber vencido 1-2 en Estambul, no entrañaba a priori demasiado riesgo aunque la cuenta estaba lejos de haber sido satisfecha. No merecía quizá el duelo la rotación exagerada que perpetró Berizzo en el estreno liguero, tan dañina, mas sí la concentración plena de los sevillistas, que a los tres minutos ya se habían plantado dos veces en las barbas de Babacan, que recibió un pelotazo de Correa y desvió con la mirada el tiro cruzado de Ben Yedder. Era noche de calor pero, aparentemente, no de mandanga. Pese a ello, se adelantaron los visitantes justo después de que Mercado estrellase un balón en el palo. Estos otomanos, unas madres atrás, manejan la pelota de manera muy razonable y trenzaron, en su primer ataque, una magnífica acción por la derecha que concluyó con un pase de la muerte de Visca y un gol a placer de Elia. Todo empezó en Adebayor, magistral pese a su escaso fondo físico. Excepto el marcador en contra, qué detallito, no había ningún motivo para la alarma.

Enseñó Franklin Delano Roosevelt que no había que temer sino al miedo mismo, y eso fue justamente lo que empezó a sentir el Sevilla en cuanto se vio a tiro de quedar eliminado: un pavor paralizante que recorrió el Sánchez Pizjuán, como una corriente eléctrica, de la grada al césped y viceversa, ese calambre helador que empieza en el espinazo para contagiar hasta la coronilla. Era la hora de los hombres, o sea, la hora del Niño Jesús. El mejor futbolista que ha visto la luz al sur de Despeñaperros recibió un balón en su costado para, sin alharacas, ponérsela en la cabeza a Escudero, el otro hombre de la situación, que fusiló el 1-1.

La acción del empate comenzó en una loable porfía de Correa y una buena apertura de N’Zonzi, dos futbolistas necesitados de un momento de brillo en una jugada decisiva para empezar a ser lo que deben ser, elementos importantes de un plantel ambicioso. El Basaksehir, que veía la hazaña igual de cerca pero un poco más lejos, valga la paradoja, quiso dar un paso adelante y empezó a dejar espacios por los que el Sevilla olía sangre, aunque los mencionados Correa y N’Zonzi, negados pese al chispazo, fallaron dos ocasiones clarísimas que devolvieron un punto de ansiedad a la concurrencia. ¿Se echarían de menos esos goles cantados al final?

No, porque faltaba el show de Nolito. El sanluqueño salió a la arena andandito, como su paisano Paco Ojeda. El primer balón potable que agarró lo convirtió en oro. Attamah, central zaíno y con trapío, fijó la mirada en la cintura del artista. Quiebro, defensa al suelo que se levanta como un resorte. Otro quiebro, otra vez el enemigo con las posaderas en el césped, y balón a Ben Yedder, que lo arrastra con la izquierda para burlar al último zaguero y la cruza con la derecha. Los mismos goleadores que en la ida, con idénticas fatiguitas, habían remontado la vuelta. Quedaba un momento de pánico, la superación milagrosa de uno de esos obstáculos que, en las temporadas de bonanza, se terminan recordando como el inicio de todo. Visca, en otro regalo del incapaz Mercado, había empatado cuando quedaban diez minutos, prolongación incluida. Sobre el noventa, Emre hizo un eslalon, Lenglet lo trabó en la frontal y el finísimo mediocampista se perfiló para ejecutar la falta. Lo hizo a la perfección, excepto que el balón no entró porque lo escupió el poste. Aparición mariana en Nervión. El Altísimo negó la gloria a los sarracenos.

Ficha técnica:

Sevilla: Sergio Rico; Mercado, Nico Pareja, Lenglet, Escudero; N'Zonzi, Éver Banega (Sarabia, m.91), Pizarro; Jesús Navas (Montoya, m.85), Ben Yedder, Correa (Nolito, m.72).

Basaksehir: Volkan Babacan; Caiçara, Attamah, Epureanu, Clichy; Mahmut Tekdemir (Inler, m.83), Emre Belozoglu; Visca, Mossoró (Napoleoni, m.72), Elia (Kerim Frei, m.83); y Adebayor.

Goles: 0-1, M.17: Elia. 1-1, M.52: Escudero. 2-1, M.75: Ben Yedder. 2-2, M.83: Visca.

Árbitro: William Collum (Escocia). Amonestó a los locales Nico Pareja (m.66), Correa (m.69) y Lenglet (m.89), y a los visitantes Epureanu (m.49) y Mossoró (m.61).

Incidencias: Partido de vuelta de la eliminatoria previa a la fase de grupos de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante 34.243 espectadores. Césped en perfecto estado.