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Bacca trae la cuarta

Los jugadores celebran el título
Los jugadores celebran el títulolarazon

Dos goles del colombiano le dan al Sevilla una nueva Europa Liga y la clasificación directa para la próxima Liga de Campeones.

Goleando sin contemplaciones, por penaltis después de ser mejor, por penaltis después de ser peor, aguantando un marcador corto... El Sevilla, en esta década dorada, había ganado sus cinco finales disputadas bajo todas la modalidades posibles. Faltaba una remontada. Aquí está. La cuarta Europa Liga, la que lo hace reinar sin discusión en este torneo, llegó después de ir perdiendo y gracias a la intervención estelar de Carlos Arturo Bacca Ahumada, el último «crack» salido de la chistera de Monchi.

Se vio demasiado bonito este Sevilla de cuyo favoritismo se hablaba hasta en los telediarios de Namibia. Salió tontorrón y desconcentrado, lo que aprovechó el Dnipro para adelantarse en la primera jugada, un balón largo que le gana Kalinic a Kolo, y mientras el delantero croata se iba como una pantera a rematar el centro de Douglas, el defensa francés se quedaba en el suelo. Era demasiado pronto para que los ucranianos soñasen con conservar un marcador que todavía daría varios saltos mortales. Sobre todo, porque la superioridad técnica de los rojos era palmaria y ello hizo que acampasen en la parcela ucraniana.

No es que nadie temiese por el triunfo cuando se galopaba hacia la media hora, pero los rictus comenzaron a tensarse en el banquillo sevillista cuando Banega se aprestaba a lanzar el sexto córner sobre la meta del Dnipro; fue la vencida, porque Krychowiak enganchó un disparo mordido que supuso el empate y, tres minutos después, Reyes hizo magia con un envío en profundidad prodigioso que convirtió Bacca en el 1-2. Era el momento de noquear a un adversario grogui por los dos golpes recibidos y a punto estuvo de hacerlo Aleix Vidal en una contra, pero su derechazo lamió la escuadra por fuera.

Al contrario de lo que dictaba el guión, que tan bien sabe interpretar esta máquina de competir, el Sevilla cometió un pecado de pardillo: por segunda vez, se distrajo Kolo al hacer una falta absurda y lo secundó en el despiste Sergio Rico, que se zambulló en vano cuando el disparo de Rotan ya estaba en la red. Jamás se podrá comprobar la certeza de este aserto, pero ahí va: el empate resucitó a un Dnipro que era cadáver y que, sin ese gol, se iba derechito al depósito.

El miedo, un pánico cerval a la derrota, hizo presa de los contendientes en el arranque de la segunda mitad. Como en aquella «drôle de guerre» en la que franceses y alemanes se observaron durante meses sin disparar ni moverse desde sus respectivos lados de la frontera, Sevilla y Dnipro querían vencer sin exponerse. En este fútbol de procentajes y control de daños, «italianizado» hasta el borde del ataque de nervios, se manejaban mejor los ucranianos que, en el fondo, tenían menos que perder.

En esa atonía seguía el partido cuando se llegaba a los veinte últimos minutos, ese tiempo en el que los entrenadores empiezan a calcular sus cambios en virtud de una posible prórroga. Fedetskiy, un lateral demasiado revolucionado, despejó un globo sobre su área y Vitolo, que pasaba por allí, filtró con sutileza el balón para que Bacca, un prodigio de frialdad, definiese con el exterior, su golpeo preferido. Una de las cosas que pueden ocurrir cuando dos púgiles se enzarzan en un largo «round» de observación, es que el combate se resuelva con un mamporro inopinado. Eso le pasó al Dnipro, que sucumbió ante la mayor pegada del rival.

Sin fuerzas para jugar, los ucranianos se lanzaron a la desesperada a por el empate, pero el Sevilla, tan cerca que tenía la gloria, no iba a insuflarles esperanzas por tercera vez. Dejar herido en dos ocasiones a estas fieras es un riesgo demasiado grande. Manejó con solvencia el equipo de Emery los minutos finales, en los que Sergio Rico se resarció de su error de la primera parte con un par de despejes de hombre de pelo en pecho. La felicidad tiene nombre: Sevilla Fútbol Club.

- Ficha técnica:

2 - Dnipro: Boyko; Fedetskiy, Douglas, Cheberyachko, Leo Matos; Kankava (Shakhov, m.85), Fedorchuk (Bezus, m.68); Matheus, Rotan, Konoplyanka; Kalinic (Seleznyov, m.78).

3 - Sevilla: Sergio Rico; Aleix Vidal, Carriço, Kolodziejczak, Tremoulinas; Krychowiak, Mbia; Reyes (Coke, m.59), Banega (Iborra, m.87), Vitolo; Bacca (Gameiro, m.82).

Goles: 1-0, M.7: Kalinic. 1-1, M.28: Krychowiak. 1-2, M.31: Bacca. 2-2, M.44: Rotan, de falta directa. 2-3, M.73: Bacca.

Árbitro: Martin Atkinson (Inglaterra). Amonestó por parte del Dnipro a Kankava, Kalinic (47+), Bezus (m.70), Rotan (m.75) y Leo Matos (m.83), y por el Sevilla a Krychowiak (46+), Carriço (m.62) y Bacca (m.74).

Incidencias: Final de la Liga Europa 2015 disputada en el Estadio Nacional de Varsovia ante unos 56.000 espectadores que llenaron prácticamente el graderío. Césped en perfectas condiciones.