Bartomeu, pitado en el día de Dembélé

El segundo fichaje más caro en la historia del fútbol no evita que los aficionados del Barcelona pidan la dimisión del presidente.

«No tinc por». La frase se le podría atribuir perfectamente a Dembélé, el flamante fichaje del Barcelona, que aseguró ayer, en el día de su presentación, que el precio de su traspaso –105 millones más 40 en variables– no le presiona. Lo dijo con una seguridad casi impropia en un chico de 20 años, pero, además, lo argumentó. «No me siento presionado, es el mercado de las transferencias que es una locura. Para mí lo importante es hacer bien mi trabajo y ayudar al equipo. No estoy preocupado por esta cantidad económica. No presto atención a eso». A su lado, el director deportivo, Roberto Fernández, no movía un músculo. No era, de momento, su turno.

El que sí puede que tenga miedo por lo que se le avecina es el presidente. Escuchar «Bartomeu, dimisión» y leer cartulinas con el mensaje, mientras esperaba a que Dembélé diera los toques de rigor en el césped del Camp Nou, no es plato de buen gusto. El mandatario azulgrana se ha convertido en la diana de los aficionados por la mala planificación en los fichajes y por no «enterarse» en tiempo y forma de la marcha de Neymar al PSG. Hay divorcio a la vista y parece que el próximo viernes Agustí Benedito se personará en el club para pedir las papeletas para la moción de censura. Dos semanas tiene el opositor para encontrar las 16.525 firmas necesarias para convocar una asamblea, según los estatutos.

Bartomeu no habla de la oposición, de los socios y de lo que puede pasar en el futuro. Sólo habla de Dembélé. «Hace varias temporadas que había un seguimiento por nuestra parte. Hemos llegado a un acuerdo con su club, de 105 millones de euros fijos más 40 en variables, la mitad de los cuales es por rendimiento del jugador y la otra mitad por rendimiento del equipo. Lo hemos firmado por cinco temporadas; con él tenemos un equipo competitivo que puede optar a los mayores éxitos», afirmó el presidente.

La cláusula, por si viene algún jeque catarí, es de 400 millones. A Dembélé no le importa. Tampoco la sombra del brasileño. «No he venido a sustituir a Neymar. El Barça me ha llamado para ocupar una posición y he venido para dar el máximo de mí en esa posición. ¿Si nos parecemos? Somos muy diferentes. Neymar es uno de los mejores del mundo. Yo soy joven e intento crecer cada día», dice Ousmane. Lo tiene muy claro el delantero francés, ambidiestro con la pelota y zurdo a la hora de firmar el contrato. Explica que prefiere conducir el balón con la izquierda y golpear con la derecha y también cuenta, después de confesarse barcelonista desde los 8 años, que su referente es Leo Messi. «Juego al fútbol para estar con los mejores. Y aquí aprenderé de Messi y de Luis Suárez. Lo que quiero es ganar los mayores títulos posibles con el Barcelona» comenta Dembélé, que debutará el día 9 ante el Espanyol.