Dos potencias por una Champions

Madrid y Juve, dos clásicos con distintas maneras de entender el juego, se disputan el gran título. Los de Zidane buscan hacer historia y los italianos luchan contra sus miedos.

Cardiff empezaba ayer a tomar color, con la llegada de los aficionados y, sobre todo, de los equipos, que se entrenaron en el césped del céntrico estadio, se concentraron y pasaron las horas del mejor modo posible hasta el choque de hoy sin desvelar secretos.

Tampoco es que haya muchos secretos entre ambos equipos, dos de los clásicos del fútbol mundial. Tan parecidos en su importancia, en que son dos instituciones con una historia tremenda, y tan distintos en el modo al que han llegado hasta este punto. Uno mete goles, el otro no los recibe.

Hay un dato que resume a la perfección al equipo de Allegri: ha recibido tres goles en esta competición y dos de ellos a balón parado. Nadie ha hecho más faltas en la Champions (167), por las 112 que ha cometido el conjunto de Zidane. Pasó el Barcelona y se quedó sin marcar; la felicidad del Mónaco cayó ante la fiereza competitiva de los italianos. Tras años de crecimiento, en Turín consideran que ha llegado el momento de dar el golpe definitivo, el que devuelva a la Juve la grandeza. Ha ganado seis Scudettos de forma consecutiva, pero necesita este empujón porque Europa es una fuente de traumas para la Juventus, que ha perdido seis finales y sólo ha ganado dos. Por eso, cada vez que se presenta en una tiene que espantar los fantasmas, sin mucho éxito. En 2015, en la final contra el Barcelona, sufrieron ese peso de la historia. Hoy llegan con todo ese pasado encima y esperan que la experiencia de Buffon y sus tres centrales sirva para frenar el miedo y al Madrid.

Al equipo de Zidane le señalan como favorito, porque es el actual campeón y porque es, de las tres últimas finales, a la que mejor llega el conjunto español. Las dos últimas frente al Atlético era un equipo con sus mejores jugadores lastrados por el cansancio y las molestias. Hoy, en cambio, se presenta en Cardiff con todos a punto, con la posibilidad de que Bale empiece en el banquillo y con la pena de Zidane al hacer la convocatoria para el encuentro. Ha contado con todos y puede que uno de los descartes sea James. O Asensio. No hay club en el mundo capaz de presentar una plantilla tan contundente, tan bien hilada y, sobre todo, tan bien gestionada por Zidane. Su triunfo en la Liga ha confirmado una manera de trabajar que si logra hoy ganar en Europa, puede crear un hito, cambiar las rutinas de los otros «grandes»: hay que plantear las temporadas con más de veinte futbolistas, logrando que todos formen parte del proyecto común.

En el Madrid, que es el máximo goleador, no esconden el deseo de ganar dos Champions seguidas

Si la Juve presenta unos asombrosos números atrás, el Madrid es el equipo que más goles ha marcado esta temporada en Europa: 32 tantos, once más que el rival. El equipo de Zidane se ha comportado con más madurez que nunca, tanto en el final de Liga como en las dos eliminatorias anteriores. Jugó los últimos choques en España con el aliento del Barça y mostró personalidad para no dejarse llevar por la angustia y en los peores momentos de las eliminatorias frente al Bayern y al Atlético, dio un pase adelante. Es un equipo que se ha acostumbrado a jugar partidos importantes, en los que actúa con una normalidad que asusta.

Ha dejado atrás todas las urgencias que sí que pueden atar a la Juve y juega con un objetivo mayor: ser el único equipo que ha repetido victoria en dos Champions consecutivas. Los jugadores, que casi siempre esconden sus deseos, ni siquiera lo niegan.

No habrá sorpresas en el once de Zidane, a no ser que en estos días haya cambiado de opinión respecto a la titularidad de Bale, el hombre que está en todos lados en Cardiff, con un póster gigante dando la bienvenida en una de las torres al lado del estadio. Con cuatro centrocampistas, tiene que frenar el ánimo de la Juve y controlar el partido. El mayor desafío viene de la banda de Alves, con quien casi todos los madridistas tienen cuentas pendientes. Además, Alves vuela por encima de todas las psicosis de su club. Sabe el Madrid que tiene que frenar la inspiración de Dybala y confiar en que Higuaín tenga el día torpe. Después, todo depende de que el equipo que lleva 64 encuentros seguidos marcando, siga con su racha en el día más importante de un año que puede ser eterno.