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El Barça se rompe

Busquets, uno de los capitanes, reprocha a Pep Segura, director de fútbol, que señalara a Piqué como uno de los culpables de la derrota

Busquets, en el entrenamiento de ayer del Barcelona
Busquets, en el entrenamiento de ayer del Barcelonalarazon

Busquets, uno de los capitanes, reprocha a Pep Segura, director de fútbol, que señalara a Piqué como uno de los culpables de la derrota.

Más que la derrota, el problema para el Barcelona son las consecuencias de esa derrota. El partido de hoy puede servir para cortar la hemorragia o para hacer más grande la herida, acelerar otros fichajes y quién sabe si para que continúe el fuego cruzado entre los directivos y la plantilla. Son dos grupos que se miran sin nada de cariño. Una buena temporada hará que se olvide el rencor entre ambos; una mala temporada con partidos como el del pasado domingo, puede quebrar el club. «No estoy de acuerdo con Pep Segura porque no fue así», dijo Busquets sobre las palabras de Segura del «error determinante» de Piqué. «Fue una jugada de mala suerte y en ningún momento perdimos por eso. Cometimos unos cuantos errores y ellos estuvieron muy bien en la definición. Señalar a un jugador no es la mejor manera de expresarse y mucho menos desde dentro del club». El director de fútbol azulgrana habló nada más acabar el partido, es decir, que la fractura entre ambos bandos no tardó nada en hacerse pública. Por eso el partido de hoy, con casi todo perdido, es tan peligroso para el club.

«La jugada de Piqué fue una fatalidad. Luego todo depende del altavoz mediático, quizás no se usaron las palabras adecuadas», dijo Valverde, que está en una posición intermedia y tiene que nadar entre dos aguas. El entrenador del Barcelona está teniendo un amargo debut oficial en el banquillo azulgrana. Perdió su primer duelo contra el Madrid y más que ganar el segundo, necesita que su equipo dé la cara y que el club no estalle en mil pedazos. Es una situación complicada en un escenario terrible: «Tenemos que crear situaciones de gol para marcar. La desventaja es importante. Nuestro obligación es de ir hacia adelante, tenemos también que controlar sus contras. Ellos son especialistas en eso. Allí se desequilibró el partido», explicaba Valverde.

El entrenador tiene que mantener un papel más político, aunque sabe que sí quiere pelear con un Madrid enrachado necesita más jugadores. «Hasta el 31 de agosto pueden haber cambios. El reto es tener el mejor equipo que podamos», decía ayer. Busquets no guarda tanto las formas: «Con la marcha de Neymar, ofensivamente el equipo ha perdido. Es obvio. El otro día dije que había que renovarse, pero no por la derrota, sino porque cada año el fútbol es más exigente. Está claro que faltan fichajes. Cuantos más vengan y de mayor calidad, mucho mejor ¿Messidependencia? Cuando tienes al mejor del mundo, cuanto más participe mejor para el equipo. Tendremos que tener más jugadores ofensivos que puedan llevar el peso del partido».

Y a la espera de que Coutinho y Dembélé, o al menos uno de los dos, sean realidad, el Barcelona tira con lo puesto. El año pasado, con Neymar, le dio para ganar la Copa del Rey. Este año, sin embargo, ahora mismo, parece más lejos del Madrid que hace un par de meses. «Ni el Madrid ni ninguno es mejor que nosotros», decía ayer Ernesto Valverde.