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El Chiringuito de Pedrerol: ¿A qué juegas, Rafa?

Benítez tenía preparado el cambio de Isco desde el viernes y volvió a echar atrás al equipo después de marcar. La derrota, antes del clásico, es dolorosa

El Madrid salió muy bien y terminó diluyéndose. Igual que en el Calderón
El Madrid salió muy bien y terminó diluyéndose. Igual que en el Calderónlarazon

Benítez tenía preparado el cambio de Isco desde el viernes y volvió a echar atrás al equipo después de marcar. La derrota, antes del clásico, es dolorosa

El inmovilismo de Rafa Benítez es preocupante. Tenía previsto desde el viernes que James iba a salir en el minuto quince de la segunda parte, y que iba a sustituir a Isco. Eso no puede ser. Le dio igual que el malagueño estuviera siendo el mejor del equipo. Estaba todo preparado de antemano. Al entrenador del Real Madrid se le exige que, además de manejar la pizarra, sepa leer los partidos y reaccionar desde el banquillo. Y en el Sánchez Pizjuán no lo hizo.

- Siempre se echa atrás

El Madrid no puede echarse atrás siempre que marca un gol. No puede invitar al Sevilla a ir a por un partido que se le había puesto cuesta arriba tras el 0-1. Pero se repitó la historia del Calderón. La misma película de terror. El rival capta el miedo que se transmite desde el banquillo merengue y se envalentona, resucita y termina siendo superior. Y esta vez Keylor Navas no estaba para maquillar el juego de su equipo.

- Derrota inoportuna

La de ayer es la primera derrota de la temporada de los blancos, pero es especialmente dolorosa. Por llegar justo antes del clásico y por producirse antes de un parón de dos semanas. Mientras en Barcelona tienen mucho que celebrar en estos días, en Madrid le darán vueltas y más vueltas a este fracaso hasta que los azulgranas pisen el Bernabéu como líderes el próximo 21-N. El repaso sufrido ante el Sevilla no puede ser más inoportuno para un equipo que ya dio señales de fragilidad el pasado martes contra el PSG.

- Lo mejor, James

La buena noticia, casi la única, es el regreso de James. El colombiano salió un rato, tras dos meses lesionado, y la rompió. Y si le dan más minutos, hasta hubiera podido arreglar el desaguisado con su calidad y su desparpajo. No le pesan los grandes escenarios ni los rivales, por temibles que sean. No hay situación difícil para él, siempre valiente, siempre confiado, siempre mirando al frente. Sin duda, es uno de los mejores jugadores de la plantilla y del mundo. También me gustó el sacrificio de Bale, que reaparecía y dejó buenas cosas sobre el césped. Y lo de Ramos, una lástima. Estuvo magnífico mientras se lo permitió su hombro y dio la sensación, no sólo por su espectacular gol, de que ha vuelto su mejor versión. Quien me volvió a decepcionar fue Cristiano. Últimamente es más noticia por sus guiños, sus gestos y sus palabras al oído que por sus actuaciones en el campo.

- Hace falta algo más

Decían que el Madrid había fichado a un entrenador con personalidad. Que había contratado al rey de la estrategia. Que venía con un grupo de preparadores excelentes y que lo tenían todo estudiado y analizado al detalle. Pero la realidad es que hay más lesionados que nunca y que el juego del equipo sigue sin convencer a nadie. Mientras, el entrenador se dedica a hablar con su segundo en el banquillo, apuntándolo todo en la chuleta que se lleva a todas partes. Benítez será un gran técnico, pero sigue sin entender lo que significa ser el entrenador del Madrid.