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El día que Neymar hizo de Messi

El brasileño, que ha crecido al lado del «10», tuvo su primera gran noche como líder del Barça. Leo le dejó tirar la falta y el penalti del cuarto y quinto gol. Fue quien más remató y regateó

Neymar celebra la angustiosa clasificación para cuartos del Barça
Neymar celebra la angustiosa clasificación para cuartos del Barçalarazon

El brasileño, que ha crecido al lado del «10», tuvo su primera gran noche como líder del Barça. Leo le dejó tirar la falta y el penalti del cuarto y quinto gol. Fue quien más remató y regateó

«Era posible, era posible», decía Neymar a la cámara, sobre el césped del Camp Nou, celebrando la remontada contra el PSG. Se escribirán novelas de lo que sucedió el miércoles en el estadio barcelonista en un partido donde la fe fue determinante. «Nunca la perdimos», dijo Luis Enrique. En realidad, después del tanto de Cavani sí hubo un bajón generalizado: perdió energía el equipo y también la afición, que había estado de diez. Muchos se fueron del campo cuando quedaba un rato para que acabara y algunos volvieron a la carrera al escuchar los goles en la distancia, mientras otros se perdieron un momento histórico. Pasó todo lo que tenía que pasar para que un resultado así fuera posible: un planteamiento demasiado conservador del rival, muerto de miedo y que, además, sólo marcó una de las cuatro oportunidades que tuvo; un Barça con el convencimiento de que podía lograrlo, aunque le faltara fútbol; los errores del árbitro, un gol pronto, un punto de suerte... Pero si hubo alguien que mantuvo la esperanza hasta el final, ése fue Neymar. El brasileño fue fiel a la frase que escribió en las redes sociales pocos días después del doloroso 4-0 de la ida en París: «Si existe una probabilidad del uno por ciento, hay un 99 por ciento de fe». El «11» azulgrana ha vivido buenos momentos con la camiseta del Barça, con la que ha ganado todos los títulos, pero ninguno como el del pasado miércoles. El propio Messi asumió en parte que ésa era la noche de Ney. Apagado el argentino, demasiado metido en la poblada defensa del PSG, fue el brasileño el que tiró del equipo. Pedía los balones y fue quien más remató: seis veces, por cuatro de Messi y dos de Luis Suárez, el que más faltas recibió (ocho) y el mejor en el uno contra uno, con siete regates, por los dos que completó Messi y sólo uno Suárez. Leo le cedió la posibilidad de tirar la falta que supuso el 4-1 y también le dejó lanzar el penalti del 5-1, después de que él hubiera ejecutado el del 3-0. Cogió la pelota el brasileño cuando se señaló la pena máxima y Leo no rechistó y le dejó seguir adelante. Neymar completó su momento con la asistencia del 6-1 en una acción en la que le sobró temple: en lugar de centrar de primeras, amagó y buscó el pase al área sin angustias, pese a que el reloj apremiaba.

Messi es y seguirá siendo quien «manda» en el Barça. Se lo ha ganado y así lo asumen todos, incluidas las estrellas, incluidos Neymar y Suárez, que en cualquier otro equipo serían sin duda los referentes. El propio Ney tranquilizó a los aficionados diciendo que Messi «va a renovar seguro». Ayer se vivió el primer capítulo del relevo para el que se fichó a Neymar en el verano de 2013. Contra la edad no se puede luchar y el conjunto azulgrana, dominador en la última década, envejece. Ya no están Xavi, Puyol o Valdés; Busquets se hace mayor, Messi va a por los 30 e Iniesta tendrá 33 en mayo. Leo no es eterno y Neymar apuntaba a ser el futbolista dominador de los próximos años, por eso se hizo todo lo posible para contratarlo. Acaba de cumplir los 25. Su llegada mezcló buenas noticias deportivas con malas extradeportivas. Su controvertido fichaje ha llevado al club, al presidente, al futbolista y a sus padres a los tribunales, tanto por estafa como por problemas con Hacienda. A día de hoy no está claro cuánto costó, dependiendo de si los añadidos que acompañaron a su traspaso se consideran parte de la ficha del atacante o dinero por el fichaje. La operación ronda los 100 millones, pero el delantero renovó el pasado verano hasta 2021. Cuando llegó, podía haber dudas de cómo iba a ser su convivencia con Messi, pero desde el primer momento fue buena. Se unió Luis Suárez y los tres han hecho piña dentro y fuera del césped. Ney ha mejorado como futbolista al lado de quien él considera «el mejor».

Demostró capacidad de liderazgo el protagonista de la noche. Ya en París fue el único destacado. Allí chocó con un muro; el miércoles no, pese a que Meunier, el lateral que le cubría, contó con la ayuda de Verratti y Lucas Moura para que el «11» ni se moviera. Se mostró activo Neymar tanto en su actitud con el balón como con sus compañeros. «Le dije a Sergi Roberto en las faltas: “Vete al área, Sergi, que vas a marcar un gol”. Y lo marcó», confesó después el flaco nacido en Sao Paulo. Lucía un pañuelo en la cabeza. La fiesta continuó hasta la madrugada, y ayer llegó con la hora pegada al entrenamiento. Pero no era una jornada para multar. Todo fueron sonrisas. Su actuación contra el PSG es la continuación de un mes en el que casi siempre ha tomado el mando. Comenzó la temporada perfecto en las asistencias (lleva 8 en la Champions, el que más; y 8 en Liga), pero sin suerte con el gol. Ha afinado la puntería. Marcó contra el Sporting el 2 de marzo el que fue su primer tanto en el Camp Nou en todo el curso. Al Celta le anotó un golazo y al PSG, un doblete. Entre todas las competiciones suma 14 dianas.