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La dictadura de Messi

El Barcelona destituye a su director de Relaciones Institucionales, Pere Gratacós, por afirmar que Leo «es el mejor» pero puntualizar que sin sus compañeros «no sería tan buen jugador»

Pere Gratacós
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La única preocupación del Barcelona es que Messi sea feliz. El argentino marca las diferencias en el campo, pero también fuera, y eso le ha costado a Pere Gratacós el puesto como responsable de relaciones institucionales deportivas con la Federación Española.

La única preocupación del Barcelona es que Messi sea feliz. El argentino marca las diferencias en el campo, pero también fuera, y eso le ha costado a Pere Gratacós el puesto como responsable de relaciones institucionales deportivas con la Federación Española. El club emitió un comunicado en la tarde de ayer en el que anunciaba su destitución «por haber expresado públicamente una opinión personal que no coincide con la de la entidad, después del sorteo de los cuartos de final de la Copa del Rey celebrado en Madrid».

Gratacós reconoció después del sorteo que «Messi es el mejor». Pero el problema está en la puntualización: «Leo es una persona de las más importantes del equipo, pero también hay que fijarse en el resto, porque Leo sin Neymar, Luis Suárez, Iniesta o Piqué y los demás jugadores, no sería tan buen jugador», añadió. «Aunque es el mejor», agregó de nuevo.

Menos de seis horas tardó en llegar el comunicado, en el que se responsabiliza de la decisión a Albert Soler, director de Deportes profesionales del club, que asumirá ahora las labores de Gratacós.

El Barcelona considera que las palabras de Gratacós suponen un impedimento para cerrar la renovación de Messi, que sería la octava desde que firmó su primer contrato profesional. El club está preocupado por la posibilidad de que el argentino decida no prolongar su compromiso, que termina en junio de 2018, y dentro de un año quede libre para negociar con cualquier equipo. Por eso se esfuerza en evitar cualquier situación que pueda incomodar a su estrella.

La renovación del argentino está dando lugar a extrañas situaciones en el club. «Hay que mantener la cabeza fría y no perder el sentido», aseguró esta semana el director ejecutivo de la entidad azulgrana, Óscar Grau. En las mismas declaraciones, desligaba al Barcelona de las opiniones de Gerard Piqué sobre la posible animadversión de los árbitros hacia el Barcelona. Grau, que procede del balonmano, un deporte mucho menos expuesto a los espectáculos mediáticos, pretendía poner un poco de cordura en el club. Pero la respuesta de la plantilla no tardó en llegar. «A Messi lo que hay que hacer es renovarle, no tener sentido común», aseguraba Luis Suárez, que parecía actuar como portavoz de sus compañeros.

Los jugadores son los primeros en presionar para que el club haga todos los esfuerzos necesarios por asegurar la continuidad de Leo. Y cualquiera que se salga de esa línea se expone a sufrir las consecuencias. Gratacós es la última víctima por unas palabras en las que, sin dejar de valorar a Messi, pretendía valorar como se merece al resto de la plantilla azulgrana.

Gratacós, durante su carrera como futbolista, nunca consiguió dar el paso al primer equipo azulgrana. Del filial fue traspasado a Osasuna antes de llegar al Figueres, donde se hizo fuerte hasta el final de su carrera. Pero eso no le ha impedido después de su retirada ser una figura importante dentro del fútbol catalán –fue seleccionador– y de la cantera azulgrana. Continuará dirigiendo el proyecto Masia 360, que pretende poner en común las experiencias y el conocimiento de entrenadores y jugadores de todas las secciones profesionales del club, y fue el entrenador de Messi en el Barcelona B. Fue él quien animó a Rijkaard a darle una oportunidad a Leo antes de aquel amistoso en Oporto en el que debutó con la camiseta del primer equipo. Ni eso ni el sentido común han bastado para mantener su puesto como representante del club.

«En África hay muchos messis»

La de ayer no fue la primera vez que Gratacós se refirió a Messi y su reflexión generó controversia. En 2010, en una entrevista en «La Vanguardia», el que fuera entrenador del argentino durante dos años en el filial aseguró: «En África hay muchos Messis».