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El Madrid se pasea por Donosti

Los de Zidane comienzan la Liga con un convincente triunfo que abrió y cerró Bale. El Barcelona y Messi se gustaron y no tuvieron piedad del Betis

Real Sociedad - Real Madrid
Real Sociedad - Real Madridlarazon

Los de Zidane comienzan la Liga con un convincente triunfo que abrió y cerró Bale. El Barcelona y Messi se gustaron y no tuvieron piedad del Betis

Gol de Bale y punto final

Real Sociedad - Real Madrid

Golpe mortal, sin minutos de tanteo y sin tiempo para que los aficionados se sentaran en su butaca. Sergio Ramos, desde cuarenta metros, hace un cambio de orientación para romper las líneas. Carvajal ejecuta un centro preciso, Bale, a la red. Punto y final. El Madrid se coloca el bañador, se hace sólido y manejando dos conceptos, como son el repliegue y el espacio, prepara el camino hacia la goleada. La Real Sociedad, descompuesta. No sabe qué hacer con el balón. No tenía previsto este guión. Es un total desconcierto, deambulan como pollos sin cabeza. La sentencia blanca es cuestión únicamente de acierto. Morata, un estilete. Con sus diagonales desequilibra en todo el frente de ataque. Los beneficiarios, fallan. Sorpresón, un golpeo de cincuenta metros de Varane, frontal, ante la candidez de los centrales, y Asensio gana el espacio. Su control con la zurda, como si fuese una estilográfica. La definición, una obra de arte para certificar la tragedia donostiarra. Segundo acto, la Real incapaz de reaccionar. El Real Madrid se mantuvo firme, siempre más cerca de la goleada que de sufrir. Comodidad trremenda, mando del juego y dosificando esfuerzos. Entró Lucas Vázquez para aprovechar el cansancio rival, pero el asunto estaba liquidado desde hacía mucho. Los blancos lo tenían casi resuelto desde el comienzo, cuando Bale abrió el marcador. Desde entonces, monólogo blanco, que no necesitó subir demasiado el ritmo. La noche la cerró también el galés, que sumó un doblete.

El fútbol hecho música en el Camp Nou

FC Barcelona - Betis

Un espejismo, el Betis quiere sorprender de salida, pero sólo duró tres minutos, para después refugiarse en un muro de NADA. Enfrente, un nuevo Barcelona. En defensa, un perro de presa. Sala de máquinas con un Denis Suárez (cerebro) alternando con Arda (a gusto en un sitio donde equilibra su gasto físico) por el pasillo izquierdo. Busquets y Rakitic, pletóricos. Muy rápido disipó dudas el vigente campeón. En el minuto 6, Messi saca del libro la página «cambio de orientación con rosca». Se abrió la lata. Un ritmo altísimo, ocasiones y un Barça incontestable. Su mejor argumento táctico: la amplitud por ambas bandas. Jordi Alba y Sergi Roberto las conquistan de forma y manera permanente, un huracán demasiado potente para el Betis, que se rindió después del golazo de falta de Rubén Castro. Con Leo enchufado, por todas partes, y con Suárez con instinto asesino en la delantera, el resultado es una fiesta de juego y goles en el Camp Nou. Un adiós a Claudio Bravo, se va un campeonísimo. ¡Buena suerte!

Mis protagonistas

Morata, el abrelatas

Misión difícil la suya: dirigir el ataque sin sus estrellas. Cumpliendo de forma y manera sobresaliente con su repertorio de movimientos en su mejor versión. Viniendo a recibir, buscando el desborde, haciendo sus diagonales y combinando para la llegada de segunda línea. Con un esfuerzo prusiano, ganándose el puesto. Su examen dominical no es nada fácil.

Leo Messi, mágico

Con ganas, comprometido, las quiere y las tiene todas. Lo buscan. Está feliz. Tiene ritmo y la consecuencia es que todo es música. Las notas fluyen de forma armónica, es arte, es bello, es Leo, donde el juego se hace fantasía. A su lado todos brillan y disfrutan. Mágico Leo.