Sevilla F.C.

El mago lo volvió a hacer

El jugador del Zenit, Aleksandr Ryazantsev, celebra el gol marcado al Sevilla
El jugador del Zenit, Aleksandr Ryazantsev, celebra el gol marcado al Sevillalarazon

Nervión no se rinde. ¿Se alzó la bandera blanca en El Álamo? ¿Acaso lo hizo Masadá? ¿Y Numancia? ¿Entregó el mariscal Pétain el fuerte de Verdún? Que no, que para tomar el Sánchez Pizjuán hay que matar a once demonios de blanco, hay que callar a 40.000 fanáticos y, sobre todo, hay que doblegar al estratega que los manda. Así van para los quince meses sin que nadie los tosa en su estadio. Ni siquiera este fantástico Zenit de San Petersburgo que mantiene intactas sus opciones de estar en semifinales porque, entre otras cosas, dispone de una estupenda plantilla dirigida por un magnífico entrenador. André Villas Boas estudió al Sevilla y lo desactivó por completo. Con lo que no contaba era con que Unai Emery Echegoyen manejase una panoplia de recursos tácticos infinitos. De modo que en el descanso, dos cambios mediante, salió a jugar un once por completo distinto al de la primera mitad. Y ahí se gripó la maquinaria que con tanto mimo había engrasado el técnico portugués.

La pelota larga a Iborra es el recurso al que más zumo le ha sacado el Sevilla en 2015, pero los rusos no permitieron que el larguirucho tocase un solo balón. Con un inusual sistema de tres centrales, en el que se agigantó la figura del ex madridista Garay, el Zenit cortocircuitó al Sevilla porque, tapada la torre, era imposible que se desviasen balones al espacio para el veloz Gameiro, atrapado en una tela de araña y cuya desesperación lo hacía incurrir en numerosos fueras de juego. Para colmo, tuvo el buen tino el conjunto visitante de acertar con la portería en su segunda ocasión. El escurridizo Ryazantsev, que ya había avisado con un cabezazo cruzado, se coló entre Coke y Pareja para soltar un zurriagazo que desvió Sergio Rico con tan mala fortuna que le volvió a caer el rebote a los pies; no desperdició la segunda oportunidad y castigó con este mazazo la inoperancia de un Sevilla que sólo daba señales de vida las raras veces en las que se juntaban Reyes y Banega.

Todo cambió en el descanso, igualito que el sábado frente al Barcelona. Emery detectó que las fallas de la defensa rusa estaban a ras de suelo y lanzó a Denis Suárez para que acelerase hasta el vértigo la velocidad de circulación de la pelota. Tremoulinas y Aleix Vidal acamparon junto al área del Zenit y en el enésimo centro peligroso del catalán cazó Bacca, que acababa de suplir a Gameiro, el empate. Se encaraba el cuarto de hora y ya asomaba la desesperación en un Sevilla que había deparado veintitantos minutos de fútbol de alta escuela hasta entonces sin premio. Sencillamente, no era posible que tanto caudal de juego (superó la veintena de saques de esquina) no produjese gol alguno.

Tal y como pintaba la noche, el empate a uno no era mal resultado, sobre todo en comparación con el 1-2 que se cernía amenazante si los sevillistas insistían en continuar con su ofensiva. Con Unai Emery ha desaparecido también la vergüenza a mostrarse conservador, pero las grandes metas, y una semifinal europea en el horizonte lo es, requieren audacia. Ni un segundo de respiro se tomó el Sevilla, que obligó al rival a comportarse como un equipo de pueblo defendiendo una renta en el Camp Nou. Hacia donde fuese achicaban agua los rusos y uno de esos despejes desesperados cayó en las botas de Denis, que enganchó la volea soberbia que puso en ventaja a su equipo. La media parte que firmó el gallego fue para enmarcar, al fin un partido digno de su inmenso talento. Y todavía estuvo Bacca a pelo de marcar el tercero, lo que ya habría sido el despiporre.

El pase a la siguiente ronda dista aún un millón de kilómetros. En San Petersburgo espera Hulk con los cuernos en punta, sí, pero ¡qué buenos ratitos nos hace echar el Sevilla!

- Ficha técnica:

2 - Sevilla FC: Sergio Rico; Coke (Denis Suárez, m.46), Nico Pareja, Kolodziejczak, Trémoulinas; Krychowiak, Iborra (Mbia, m.46); Aleix Vidal, Éver Banega, Reyes; y Gameiro (Bacca, m.64).

1 - Zenit de San Petersburgo: Lodygin; Anyukov, Luís Neto, Garay, Lombaerts, Rodic (Mogilevets, m.65); Shatov (Khodzhanlyazov, m.76), Javi García, Witsel, Ryazantsev (Tymoshchuk, m.82); y Rondón.

Goles: 0-1, M.29: Ryazantsev. 1-1, M.73: Bacca. 2-1, M.87: Denis Suárez.

Árbitro: Bas Nijhuis (Holanda). Amonestó a los visitantes Javi García (m.68), Garay (m.81) y Ryazantsev (m.82), y al local Denis Suárez (m.76).

Incidencias: Partido de ida de los cuartos de final de la Liga Europa disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante cerca de treinta mil espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.