Copa del Rey

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A mil por hora hacia la final

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A mil por hora hacia la finallarazon

El Sevilla deja la semifinal de Copa casi sentenciada tras destrozar al Celta a la contra.

Empezó la temporada con una final Barcelona-Sevilla, la Supercopa de Tiflis, y tiene toda la pinta de terminar con el mismo cartel en Madrid, donde ambos se jugarán la Copa a no ser que medie una remontada épica del Celta en Balaídos. El equipo de Unai Emery defenderá en Vigo un resultado comodísimo, un 4-0 cimentado en una primera parte de alto ritmo y rubricado en una segunda mitad de contragolpe furioso.

La primera media hora del Sevilla fue de las de antes, de cuando este equipo era una tropa sulfurosa que, al calor de una grada volcánica, achicharraba a cualquier rival que apareciese por el Pizjuán. Al minuto, Kolo cabeceó fuera por un pelo un magnífico centro de Tremoulinas. El Celta parecía temeroso, como superado por la ocasión, y no hallaba Berizzo otro plan que acumular jugadores al borde de su área, lo que resultaba una invitación al asedio local. De nuevo Kolo rozó el gol al cuarto de hora pero su testarazo fue desviado por un puñetazo providencial de Rubén Blanco. Acto seguido, N’Zonzi salvaba al portero gallego con toquecito parabólico con su frente, pero la pelota salía tras rozar el poste.

Los gallegos pedían el descabello pero Gameiro falló con el estoque. Sergi Gómez sujetó a Vitolo en el área pero el penalti del francés, que suele ser una garantía desde los once metros, lo despejaba Rubén. El error noqueó al Sevilla durante unos minutos que el Celta aprovechó para estirarse y asustar a Sergio Rico. Más que eso: hizo la estatua el meta en un remate a bocajarro de Pablo Hernández, pero lo salvó la cruceta, y tampoco alcanzó a tocar un disparo cruzado del mismo protagonista que lamió el palo. Después de estos dos suspiros, daban por bueno los locales el 0-0 al descanso, roto por Rami en el último córner del primer periodo. A Berizzo le fallaban sus antiaéreos y por ahí se descerrajó la eliminatoria.

El ritmo frenético no decayó en el segundo acto, dando lugar a eso que los cronistas clásicos denominan un «típico partido copero». Se desbocaron los contendientes, en todo caso, con Cabral rematando en posición acrobática en las barbas de Rico, que se encontró el balón, y con Gameiro fallando por un centímetro la asistencia a Krohn-Dehli tras una contra supersónica. El ariete galo no es, posiblemente, el más técnico de la Liga pero es una bala. Con el Celta volcado, convirtió en tortugas a los dos centrales vigueses para burlar a Rubén con definiciones de pelotero caro. Si Deschamps aún busca punta para la Eurocopa, aquí tiene a uno de categoría. Retumbaba el campo con la ovación que le tributaron cuando lo sustituyó Llorente. Para certificar la cosa, Krohn-Dehli culminó otra jugada de un pase, corriendo a la ancha espalda de la zaga gallega y resolviendo. Por aquello de su pasado céltico, no celebró su gol. La grada, sí. Con locura.

- Ficha técnica:

4 - Sevilla: Sergio Rico; Coke, Rami, Kolodziejczak, Tremoulinas; N'Zonzi, Cristóforo (Carriço); Vitolo, Éver Banega (Konoplyanka, m.74), Krohn-Dehli; Gameiro (Llorente, m.80).

0 - Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Sergi Gómez, Cabral, Jonny Castro; Radoja, Wass (Marcelo Díaz, m.84); Iago Aspas, Pablo Hernández, Orellana; Guidetti (Beauvue, m.78).

Goles: 1-0, M.45: Rami. 2-0, M.59: Gameiro. 3-0, M.62: Gameiro. 4-0, M.87: Krohn-Dehli.

Árbitro: Carlos Clos Gómez (C. Aragonés). Amonestó a los locales Rami (m.52), Krohn-Dehli (m.57), Llorente (m.82) y Coke (m.83), y a los visitantes Iago Aspas (m.21), Sergi Gómez (m.27), Wass (m.38) y Radoja (m.81).

Estadio: Partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey, disputado en el Ramón Sánchez Pizjuán ante cerca de 37.000 espectadores, entre ellos casi un centenar de aficionados célticos. Estuvieron en el palco los alcaldes de Sevilla, Juan Espadas, y de Vigo, Abel Caballero. Césped en perfecto estado.