Real Madrid

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Un Madrid cardíaco gana al Valencia

Tuvo el Madrid buenos momentos, pero es un equipo demasiado intermitente, quizá de acuerdo con el estado de forma de Modric

Los jugadores del Real Madrid celebran el gol marcado por Marcelo, el segundo del conjunto blanco, ante el Valencia.
Los jugadores del Real Madrid celebran el gol marcado por Marcelo, el segundo del conjunto blanco, ante el Valencia.larazon

Los de Zidane se han tenido que emplear a fondo para ganar a un Valencia que no se lo puso fácil. Mal partido de ambos equipos y una nueva victoria del Real Madrid en los últimos minutos.

Un partido menos y el corazón sigue latiendo. Esa va a ser la comprobación que van a tener que hacer los madridistas en estos cuatro partidos que le quedan de Liga si se parecen un poco al disputado contra el Valencia. De emoción en emoción, sin descanso, pero con todas las vidas al completo. Ganó el Madrid como lo ha hecho tantas veces esta temporada, cuando estaba contra las cuerdas, estupefacto después de haber desperdiciado un penalti y de un palo de Benzema. Ganó a un Valencia que llegó al Bernabéu con todo ya hecho y al que un golazo de Parejo le dio lo que podía ser una de las pocas alegrías de la temporada. Fue cuando la segunda parte alcanzaba su recta final y empataba el tanto que en la primera mitad había marcado Cristiano Ronaldo.

Y como este equipo es así, justo cuando marcó Parejo, justo cuando más crudo se le ponía todo a los de Zidane fue cuando más creyó que podía llevarse el partido. Hay una sensación en la grada, pero también en el césped de que es en los momentos complicados cuando más liberado se siente el Madrid. Sonó la música de la épica y a eso se puso el conjunto blanco, con esa fe que le permite creer que si delante de él hay un muro lo va a derribar a empujones. Y lo hace. Creyó Morata cuando Carvajal le sacó de banda porque ya no sabía a quién dársela. Cruzó el balón todo el área el delantero y allí apareció Marcelo, ese defensa con destino de delantero: se fue haciendo sitio, una vez, dos veces y le cruzó el balón al Alves, al mismo sitio en el que el guardameta había detenido el penalti a Ronaldo.

Volvieron a latir los corazones de los más de 70.000 aficionados madridistas, que a veces no saben qué esperar de su equipo. Hay momentos de los partidos que, tal como le ven, piensan que esta temporada no se va a escapar ninguno de los dos títulos que tiene a mano; y hay otros ratos, sobre todo cuando ve no que no controla la situación, que deja al rival con vida, en los que el socio blanco puede pensar que esta temporada se va a quedar en blanco. Todo está en el aire, pero ya queda un día menos y eso es una buena noticia.

Como era lo esperado, Zidane eligió a casi todos lo que van a jugar el martes, menos Isco. Jugó James, que se dejó todo lo que tiene en el campo. Nadie podrá reprochar al colombiano que no está implicado en los objetivos. Hizo un buen partido, tanto en defender su posición como en iluminar el ataque del Madrid y extrañó que fuese él elegido por Zidane para dar paso a Asensio.

Tuvo el Madrid buenos momentos, pero es un equipo demasiado intermitente, quizá de acuerdo con el estado de forma de Modric, que está empezando a recuperar su buen tono, pero al que aún le falta regularidad. Le faltó al Madrid contundencia para derrumbar a un Valencia con mejores jugadores que juego, perdido por falta de ambición en este final de Liga. El único objetivo de los de Voro era hacer algo en el campo blanco para dar alguna noticia agradable a su afición. No tiene nada más que hacer, lejos del peligro y más lejos de la gloria.

Cuando marcó Ronaldo el gol más clásico del fútbol: un centro de Carvajal y un remate de delantero centro no supo el Madrid tomar la pelota y acabar con el rival. Dice Zidane que eso les está penalizando más de lo debido esta temporada. El Valencia aguantaba y el equipo blanco no encontraba la forma de matar el partido. No ayudó que Benzema estuviese en su día gris.

Fue el francés en la segunda mitad quien pudo decidir el choque. Tuvo el Madrid más voluntad tras el descanso, para no jugar con fuego. En su mejor jugada, Karim envió el balón al palo porque quiso ajustar demasiado.

Pero la ocasión más claro fue el penalti que Parejo hizo a Modric. No hay portero en el mundo como Alves. Le tiró abajo Ronaldo y el portero cogió la pelota, dejando con vida a los suyos y algo tocado a los de Zidane. No se recuperaron de eso. De repente sintieron el miedo de lo que quedaba, el estrés de que cada paso en falso puede costar muy caro. Tampoco sabe defenderse el Madrid. Casemiro hizo una de las faltas de las suyas, de esas en las que va acelerado para cortar el balón y Parejo, un ex madridista, clavó el balón en la escuadra.

Y fue entonces, cuando más fuerte, más invencible se sintió el Madrid.

2.- Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Sergio Ramos, Nacho, Marcelo; Casemiro, Modric (Lucas Vázquez, min. 90), Kroos; James Rodríguez (Asensio, min. 65), Benzema (Morata, min. 72) y Cristiano.

1.- Valencia: Diego Alves; Montoya, Garay, Mangala, Lato (Gayá, min. 85); Parejo, Carlos Soler; Munir, Orellana, Nani (Rodrigo, 69); y Santi Mina.

Goles: 1-0. min. 27: Cristiano; 1-1, min. 83: Parejo; 2-1, min. 86: Marcelo.

Árbitro: Jesús Gil Manzano (Comité Extremeño). Mostró cartulina amarilla a Parejo (min. 21), Lato (min. 25), Garay (min.56) y Mangala (min. 64) por parte del Valencia, y a Casemiro (min. 51), Morata (min. 76) y Modric (min. 81) por parte del Real Madrid.

Incidencias: partido correspondiente a la trigésima quinta jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante cerca de 60.000 espectadores.