Leo Messi

Leo, otro fracaso albiceleste

Otra vez se le escapó un título a la Argentina de Messi, diluido en un equipo que acabó jugando al patadón y sólo sostenido por el miedo que imponen sus nombres. La «ceguera táctica» de Martino no ayudó. A Chile le bastó su solidez e intensidad para ganar la primera Copa América de su historia

Leo, otro fracaso albiceleste
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Arranque con ritmo alto, pero síntomas de preocupación. No hay mando, el balón quema, sin líneas de pase y, con este argumento, quince minutos de máxima zozobra. La sala de máquinas no existe, Pastore está desaparecido, no conecta. Leo se mueve y busca su sitio, no la toca. Medel lo persigue y anticipa. Y el «Kun», absolutamente en solitario para recibir «pedradas» sin ningún tipo de sentido y objetivo. En el minuto 18 una falta a Zabaleta en su primera incorporación provoca lo que hubiera sido injusto. La lanza Leo, cabezazo de Agüero y Bravo salva el gol. Pero sucede algo CLAVE, se rompe el «Fideo». Lejos de ser una desgracia, daba opción de aclarar la «ceguera táctica» desde el banquillo. Y la cagó. Opciones. 1. Equilibrar con un medio buscando el control del ritmo y del juego y poder recuperar la posesión de balón. 2. Adelantar a Pastore sin obligaciones defensivas y juntarse con Leo. 3. Liberar a Messi y que encuentre su sitio. Todo esto pudo pasar, pero nada pasó y todo empeoró. La decisión, un pollo sin cabeza: Lavezzi. Lo que faltaba. Sin orden, más desorden.

- Chile, intenso

«Press» asfixiante, recuperación y salida rápida, incluso muy precipitada. Por la derecha, Isla revienta a Rojo, una avería que puede ser decisiva. Avisan, pero les falta «punch». Veinte minutos duró el efecto gaseosa. Pasado el chaparrón, aparecen síntomas físicos: Valdivia engancha y se multiplica entre líneas, omnipresente: se junta con Vidal, busca a Alexis, intenta el pase con ventaja... Pero todo en zonas muertas. Llega al borde del área y la defensa argentina se impone. Baja el ritmo y todo queda en fuegos artificiales.

- Se lo cree tras el descanso

Al minuto, un fallo de Otamendi y Vidal perdona de cabeza. Acoso y derribo sobre el pasillo de Rojo. Alexis, por la derecha, e Isla, por la espalda, percuten y, como el cazador, parece que van a quedarse con la presa. Pero fue un espejismo. Se diluyen. Hubo que esperar hasta el minuto 81, cuando Alexis la tuvo. Una pelota por encima de Otamendi, poco ángulo, cruza en exceso cuando Romero mira.

- Argentina, en el desconcierto

Sólo la mantiene el miedo que sus nombres imponen. Víctima del desconcierto, patadón y hacia arriba. Messi mira incrédulo. Pastore, a cuentagotas. Zabaleta, maniatado, y Rojo, castigado. El míster duerme. Reacciona para empeorar. Cambio de «paracaidista». Higuaín por Agüero. El hambre con las ganas de comer. Allí no estaba el partido. En el minuto 80, algo de lucidez. Banega por Pastore. Un atisbo de reacción, cinco minutos donde se rozó el título. Llegó la ocasión más clara: Higuaín se encargó de desperdiciarla dejando la Copa América en Chile. En la prórroga, bajo el síndrome del cansancio, los dos se ponen en manos de la suerte.