Restringido

Luis Enrique está solo

La Razón
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Las victorias apaciguan un ambiente insostenible. Si el Barcelona no ganara como lo hace, Luis Enrique ya se habría marchado. El técnico resiste, aunque el vestuario le da la espalda. Los jugadores cumplen en el campo y su entrenador hace equilibrios para mantener la calma. «Lucho» sabe que a la hora de hacer los cambios tiene un problema: la rebelión se hace pública. Cada vez que decide sustituir a Neymar recibe desplantes del brasileño. Ahora le toca a Suárez, que en su día también le puso caritas, pero de los tres de arriba parece el más dócil.

- Messi no se toca

Y Messi todo lo contrario. Luis Enrique empezó el año sentando a su estrella en Anoeta. Esa noche estalló un conflicto que no se ha cerrado. Pero el técnico entendió que Messi debe jugar siempre y, a ser posible, con libertad de movimientos y rodeado de los mejores. El argentino supo que el mensaje mandado tras su «sospechosa» gastroenteritis del día después de la derrota ante la Real llegaba a su destinatario. Desde entonces, ambas partes mantienen un pacto de no agresión. El vestuario secunda y aprueba la postura de Messi: dejarse la piel, ganar y buscar una convivencia pacífica con el cuerpo técnico. Mientras tanto, Luis Enrique evita los experimentos, ha aflojado en su código de disciplina, evita polemizar ante la Prensa y aguanta porque percibe que es la única opción de acabar levantando algún título.

- No le hablan

Qué triste que Luis Enrique tenga que convivir con este ambiente en el que apenas ningún jugador le habla. Que la directiva le haya dejado solo y hayan echado a «Zubi», el único que le defendía. Mucho debería cambiar todo para que decida seguir. Está solo. Qué injusto.