Real Madrid

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Bale no pierde la esperanza

Gareth Bale celebra el gol de la victoria ante la Real Sociedad, perseguido por su compañero Nacho.
Gareth Bale celebra el gol de la victoria ante la Real Sociedad, perseguido por su compañero Nacho.larazon

Un gol de Bale en el minuto 80 dio la victoria al Real Madrid ante la Real Sociedad y situó a su equipo líder provisional de la Liga a la espera de lo que hagan hoy el Atlético y el Barcelona.

Agotado, en el límite, pero sin perder la fe, el Madrid arrancó los tres puntos de Anoeta gracias a un remate de cabeza de Bale, un futbolista que llega a todos los balones y que luce un salto y un giro de cabeza como no hay en el fútbol. El galés llegó veloz, potente y preciso al centro que puso el incansable Lucas Vázquez y el conjunto de Zidane sigue soñando con ganar la Liga. Que le ganen, que los demás aguanten, porque el conjunto blanco no se va a rendir.

Le pesó el paso de los minutos, pero llegó con aire suficiente al final para derrotar a una Real Sociedad ordenada y sin filón arriba. Sólo la velocidad de Bruma y la calidad de Zurutuza dieron vuelo a los de Eusebio. Tardaron media hora en quitarse el agobio, en poder ver la luz. Porque el Real Madrid salió en plan mandón, con la pelota, en el campo contrario, al ritmo de Modric y de los remates de Bale. Sin Cristiano, sin Benzema, sin Marcelo, sin Carvajal y sin Pepe, el resto del equipo mantuvo el tipo. Fue delantero Mayoral, pero a parte de mucho sudor y presión, no dejó nada destacable en punta. No fue un día fácil para el canterano, porque el Madrid dominó, pero sus ocasiones más claras llegaron en centros al área para que los rematase casi siempre Bale con peligro. Así pudo marcar varias veces: en jugada tras un centro de James y en varios saques de esquina, que se han convertido en un arma más que peligrosa. Echó de menos, evidentemente, a Cristiano Ronaldo, sin el que es más difícil encontrar portería. En Mánchester, el Madrid no marcó y ayer sólo hizo uno. La presencia del portugués en el choque del próximo miércoles se antoja importantísima.

Pese al cansancio, pese a que era un choque de entreguerras, los de Zidane mandaron todo el encuentro y debieron decidir antes. Este Madrid ha cambiado el vértigo por la paciencia, juega con el reloj y menos en oleadas. Es seguro atrás y a partir de ahí empieza a construir. Si alguna vez la Real quiso hacer daño, se encontró con Casemiro y dos centrales estupendos y rápidos. Sufrió algo más Danilo con Bruma. El brasileño no le coge el truco al equipo y aunque su insitencia en ataque es más que loable, le falta precisión para ser un futbolista que haga más daño.

Pasada la primera media hora, la Real cogió aire. No se juega nada ya, pero siempre da popularidad y prestigio hacer frente al Real Madrid. Hasta el final del primer tiempo y durante gran parte del segundo, respiraron los locales y el partido se enmarañó para el Madrid, muy cansado. Zidane movió el banquillo, dio paso a Jese y también a Isco, para quitar a Mayoral y a un James, que dejó un par de gestos técnicos, pero que fue insuficiente. Con el reloj en contra, con la idea de que un empate y una derrota eran sinónimos, los de Zidane perdieron prudencia. Entonces apareció Rulli, para demostrar que la Real iba a vender caro su derrota. Sacó un pie milagroso a Bale y una mano a un tiro de Jesé. Había que hacer el último esfuerzo. Modric daba el último empujón con su último suspiro, Bale seguía intentándolo, el Madrid no quería rendirse, no tan cerca, no tan tanto esfuerzo. Lucas Vázquez, quién si no, puso otro balón de oro, de extremo tradicional, de fútbol de toda la vida y Gareth remató con ese alma caliente que se le está descubriendo esta temporada y dio la victoria y la esperanza al Madrid.