Selección Española

Saúl: «No nos favorece que piten a Piqué»

El ruido que envuelve a la Selección no ayuda. «Me gustaría que toda la afición estuviera disfrutando del partido», dice

Saúl
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El ruido que envuelve a la Selección no ayuda. «Me gustaría que toda la afición estuviera disfrutando del partido», dice.

En la familia de Saúl Ñíguez (Elche, 1994) el fútbol se transmite de generación en generación, pero él se aleja del futbolista que habla poco y se refugia en los tópicos. Un hombre familiar, religioso y que sabe expresarse.

–¿Qué ha cambiado desde aquella primera vez que le convocó Vicente del Bosque casi como aprendiz?

–A pesar de la edad, a pesar de todo, siempre trato de competir y quedarme aquí. Mi objetivo no es venir y pasar por la Selección, mi objetivo es ser titular, ser un veterano, un líder, todo lo que quiero ser en la Selección. Sé que con trabajo diario voy a llegar adonde quiero.

–¿Dónde le gusta jugar? Porque ha jugado de todo.

–Siempre lo he dicho, soy mediocentro. Mediocentro llegador. Puedo jugar de mediocentro defensivo, de extremo, de delantero, puedo jugar de lateral, de central, en todas las posiciones del campo. Si hace falta de portero también puedo jugar. Tengo dos hermanos mayores que siempre me hacen ponerme de portero y alguno se sorprendería. Lo que intento es ayudar, competir. Me da igual si juego de lateral izquierdo. Lo único que tiene que entender la gente es que no es mi posición y que lo voy a intentar hacer lo mejor posible.

–¿Cómo viven todo lo que sucede alrededor de Piqué?

–Dentro de la Selección no nos favorece. Que piten a un compañero nunca es agradable, que juegues en casa y estén pitando no es positivo para la Selección. Pensando en el fútbol creo que todos deberíamos animar a España, jugar por España porque al final todos queremos a España.

–¿Esos pitos les afectan a todos?

–Sí. Aunque piten a un jugador están pitando a la Selección. Eso no es lo mejor para nosotros.

–¿Qué le dicen ustedes a Piqué?

–Personalmente no he hablado de ese tema con Gerard. Siempre que se pone la camiseta de la Selección lo da todo y es lo que, para mí, cuenta. Cuando veo que un jugador de mi equipo lo da todo no le puedo reprochar nada.

–¿Todo eso puede afectar también dentro del vestuario?

–Sí puede afectar, pero creo que el grupo está muy unido como para que eso afecte. Me gustaría que toda la afición estuviera cantando, disfrutando del partido. Es una pena, pero tenemos que afrontarlo, todos sabemos que puede pasar y no podemos hacer nada. Es un partido muy importante para nosotros y tenemos que ganar y clasificarnos ya.

–Su padre, Boria, también fue futbolista, un histórico del Elche. ¿Cómo le ha influido?

–Para mí es una suerte. A lo mejor para otras personas no, porque tienen más presión, pero para mí es una suerte tener un padre y dos hermanos futbolistas. Siempre me ha hecho ir un paso por delante. Todas las experiencias que yo iba viviendo ya me las habían contado dos veces, tres veces, cuatro veces. Si veían que yo me iba a salir del camino, ellos ya me tenían atado para que no me saliese. Si alguna vez estaba jugando bien y me iba a las nubes, mi padre o mis hermanos me bajaban rápidamente y para eso no hay palabras de agradecimiento. Todo lo que hago es por mi familia. Se lo merecen todo, para mí es lo más importante. Soy afortunado de tener esa relación que tengo con mis padres y con mis hermanos. Es una pena que no podamos estar todos juntos. Ahora ellos son papás y me gustaría disfrutar más de mis sobrinos, les echo muchas veces de menos.

–¿Le ayudan a no repetir errores o a recuperarse antes?

–No te sé decir, la verdad. Ellos me lo decían, pero muchas veces hasta que te chocas tú con la piedra no te das cuenta. Me lo decían, me lo decían, pero yo no lo veía a lo mejor. Cada uno va siguiendo su camino y da igual lo que te digan los de fuera. A recuperarme sí es verdad que me pueden ayudar. Si ya lo sabías y lo has hecho es porque eres tonto. Es posible que lo que hayan hecho es evitar que me caiga tantas veces.

–¿Qué le dejó la pasada Eurocopa sub’21?

–Este Europeo ha sido mucho más que ser subcampeón, que ser máximo goleador, que hacer un gran torneo individualmente. Lo más importante para mí fue que en la fase de clasificación no fuimos un equipo y en el Europeo hicimos un equipo. Eso fue lo que me marcó y lo que me hizo disfrutar. De terminar un partido de la fase de clasificación cabreado porque habíamos ganado, pero éramos una banda a decir «hemos ganado 1-0 sufriendo, pero hemos corrido todos, trabajando como un equipo». Eso fue lo más bonito. Agradezco a Celades que haya conseguido hacer eso, que es muy difícil. Fallé en la final, como dije a mis compañeros. Estaba muy tieso, me dolía el pubis, me dolían muchas cosas, estaba muy cansado, el equipo estaba muy cansado y eso nos costó la final.

–El golpe que sufrió en Leverkusen marca su carrera en el Atlético. ¿Tan mal lo pasó para pedir que le quitaran el riñón?

–La temporada siguiente, cuando vuelvo, en el reconocimiento médico me dicen que el riñón tiene un cuatro por ciento de funcionabilidad. Llevaba tres temporadas con ello y dije «quítamelo ya». Tuve una reunión con el Cholo y con el Mono Burgos. Se queda el Mono conmigo, me cuenta su experiencia y me impacta tanto que es el que hace que cambie de opinión y decida ponerme el catéter y consiga recuperar mi riñón porque yo lo había perdido ya. No sólo fueron las palabras, el sentimiento con el que me lo dice, como si yo fuera su hijo, como si de verdad le importase el riñón. Al haberlo pasado tan mal no quería que yo lo pasase de esa manera y me impactó tanto que hizo que cambiase de opinión.

–Tiene un tatuaje dedicado a ese episodio. ¿Qué significan los demás tatuajes que lleva?

–La media manga es toda mi historia por así decirlo. Tengo una Dama de Elche porque yo soy de Elche. Una iglesia, porque es donde yo vivía, donde bajaba a jugar al fútbol, donde he hecho la comunión, donde me he criado. Hay una palmera de Elche. Hay un escudo del Atlético, un escudo del Elche. Son unos valores que van a estar conmigo siempre. Hay una playa, que simboliza la playa donde veraneaba yo en Santa Pola, pero la playa es una de Tailandia, igual que el tigre que llevo en el antebrazo, por un viaje que hice allí con mis hermanos, que me impactó la religión de allí, la gente de allí. Me gustó mucho, fue uno de los mejores viajes que he hecho y por el impacto que tuvo me lo tatué. La religión que tienen allí, su filosofía es algo que llevo muy dentro de mí y que me gustaría estudiar un poco más.

–¿Es religioso?

–Soy religioso, pero no soy practicante. Con mi día a día es complicado hacer todo lo que tendría que hacer, pero creo en Dios. Tenía un tío que era muy religioso. Era el que me hacía mejor persona y la mejor persona que he conocido en mi vida. Por desgracia ya no está conmigo. No hace mucho y fue bastante duro. Echo mucho de menos las llamadas, porque él no podía viajar, era muy mayor. Todos los días me llamaba a la hora de comer y en ese momento cuando llamaba todos los días a veces decía «joé, qué pesado». Y ahora que no llama es por qué no llama. Él es la mejor persona, el mejor ejemplo de cómo hay que ser.