Sevilla, un reparto de beneficios pionero

Será el primer club de élite que paga dividendos a sus accionistas.

Todo era de color rosa en el Sevilla hasta hace una semana, cuando el equipo del Toto Berizzo padeció en Bilbao una derrota no tan preocupante por el tropiezo en sí, sino por la imagen timorata ofrecida en una segunda parte aberrante. La cosa empeoró el martes, con una vergonzante goleada (5-1) ante el Spartak que complica un pase a los octavos en la Champions que parecía prometido tras el benévolo sorteo de agosto. De repente, al proyecto invencible de Pepe Castro le aparecía una vía de agua en la parte deportiva que amenaza incluso con dejar sin efecto la medida estrella que prepara para la próxima junta de accionistas.

Porque al presidente Castro, pese a su pertinacia en el éxito, no deja de atosigarlo una oposición incansable en el acoso, la impulsada por José María del Nido, a quien le han relajado recientemente el régimen carcelario, y encabezada por su hijo homónimo, vicepresidente primero del club hasta su dimisión este verano. Con su antecesor inmediato en contra, a Castro no le quedaba más remedio que recabar el apoyo de los dos predecesores anteriores en la presidencia, Rafael Carrión y Roberto Alés. Ellos poseen los paquetes de acciones que deciden quién se sienta en el palco y se mostraron dispuestos a trabajar por la estabilidad, pero a cambio de una recompensa.

Así, Castro se ha visto empujado a implementar una medida sin precedentes en el fútbol europeo: el reparto universal de dividendos. Veintitrés millones después de impuestos ganó el Sevilla en el pasado ejercicio, quinto año consecutivo en el que presentaba números negros, y alrededor de un 7 por ciento (unos dos millones) irá al bolsillo de los casi 13.000 accionistas de la entidad, a quince euros por título. La cantidad está lejos de ser simbólica. Lo será para el aficionado raso, pero se estima que Carrión podría embolsarse unos 300.000 euros, algo más que su aliado Alés. También la familia Del Nido se beneficiará con un suculento pellizco que podría atenuar su ardor guerrero, ya que la situación financiera del presidiario no es ni mucho menos boyante y Castro pretende calmarlo con este «pájaro en mano».

Aunque el mapa accionarial del Sevilla es complejo, el poder de Castro parece garantizado con el 15 por ciento que maneja Sevillistas de Nervión, grupo en el que también figura Alés y que espera ampliar su paquete con unos pleitos que hay pendientes. La familia Carrión, con un 20 por ciento y la certeza de que usa su inmenso poder económico para comprar acciones continuamente, es su principal sostén y Del Nido, ni siquiera en la más optimista de sus previsiones, no tiene masa para desbancarlo. El abogado, gran fabulador, cuenta que maneja algo más del 25 por ciento de los títulos... pero entre acciones pignoradas, impagadas, puestas a nombres de testaferros que veremos a ver cómo responden y discutidas en los juzgados, la cruda realidad podría reducir su manejo a la mitad.

Y al fondo, se yergue la oferta de un inversor chino que, de concretarse, llevaría cifras mareantes a las cuentas de los principales accionistas. Y hoy, visita al Valencia.