Copa del Rey

Real Madrid

¿Y si es invencible?

En el minuto 93 Benzema empata el partido contra el Sevilla y el Madrid suma su partido 40 sin perder. El conjunto de Sampaoli soñó durante la primera parte, en la que tuvo ventaja.

¿Y si es invencible?
¿Y si es invencible?larazon

En el minuto 93 Benzema empata el partido contra el Sevilla y el Madrid suma su partido 40 sin perder. El conjunto de Sampaoli soñó durante la primera parte, en la que tuvo ventaja.

Ni ayer perdió el Madrid, que suma cuarenta partidos y que se ha tomado muy en serio eso de dejar atrás cualquier record de encuentros sin perder. Ayer pasó miedo durante la primera mitad, cuando fue bombardeao, estuvo algo nervioso algunos minutos de la segunda y en el último suspiro, lo habitual, volvió a igualar el encuentro frente al Sevilla. No pasaba nada por perder 3-1, valía para clasificarse, pero a los chicos de Zidane se les ha metido en la cabeza que son invencibles y ningún rival parece capaz de vencerlos. Quizá es que sí que son invencibles.

Sabía Zidane el partido que le esperaba, con el Sevilla volcado hacia el área del Madrid, bombardeando a Casilla, que volaba para rechazar los tiros lejanos de los rivales. Fue una primera parte de sufrimiento, pese a que la ventaja era más que suficiente. El Sevilla golpeó y golpeó, pero el Madrid resisitó. El conjunto andaluz necesitaba marcar pronto para meter miedo, encender a su grada y soñar, como había pedido su técnico el día antes: al menos la posibilidad de soñar. Y la tuvo, porque antes de los primeros diez minutos, Danilo remató hacia su portería ante la sorpresa de todos, incluso de sí mismo. Aún no está muy claro que pretendía hacer el lateral derecho, al que la suerte no le sonríe en el Real Madrid. No juega mucho y pese a que lo intenta, no le sale casi nada.

Ha pasado mucho en la historia del conjunto blanco: jugadores capaces, pero que cuando se ponen esta camiseta y oyen los murmullos inmisericordes del Bernabéu sufren un golpe en su seguridad y todo les sale al revés. O sólo se destaca lo que les sale mal. El caso es que el gol en propia meta puso el partido donde quería Sampaoli. Emocionalmente, el Sevilla se vio capaz de todo y el Madrid se sintió diminuido como hacía mucho que no se sentía. Iborra se pegaba con todos y los delanteros aprovechaban el espacio que había entre la defensa y el centro del campo del Madrid. Jugaba muy atrás el equipo de Zidane, empujado por el rival, muy distinto del choque de ida. El líder de la Liga se podía permitir ser más conservador, mientras que el Sevilla necesitaba la tensión, el corazón en la mano y toneladas de ilusión. Tiró mucho de lejos y despejó mucho Casilla.

Era Asensio el que sostenía al Madrid. Como si anunciara lo que tenía que llegar. Su pierna izquierda es una promesa de felicidad, como demostró en el gol con el que el Madrid quiso acabar con la emoción. Se montó una contra él solo, se recorrió todo el campo y casi sin oxígeno hizo uno de los goles de la año. Pocos futbolistas saben conducir la pelota con tanta habilidad y velocidade como él. No hay día en el que Asensio no deje un detalle.

Sin embargo, su tanto no cambió el guión del choque. El Sevilla siguió a lo suyo, sin pensar que tenía una montaña que superar. Sampaoli sacó a Nasri y estrenó a Jovetic y su equipo insistió. El Madrid se permitió relajarse en exceso, que hay otra guerra el próximo domingo. Tenía el empate y la eliminatoria resuelta. O no

Porque de repente, el Sevilla volvió a ver la luz con dos goles y con diez minutos por jugar. Estaba suelto el equipo local, sin prisas y con más acierto que en la primera mitad, cuando abusó de los lanzamientos desde lejos. Quizá ganar le quedaba muy lejos, pero podía derrotar al Madrid meses después. O eso creía o eso soñaba. Pero no. Ramos marcó un penalti claro a Casemiro y al Madrid le salió el orgullo que tantas veces le está sosteniendo. No pasaba nada por perder, nada de nada. Pero ¿por qué iba a perder? Benzema ya estaba en el campo y en los minutos de descuentos, pasó lo que no puede dejar de pasar.