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Ter Stegen: Mi primera vez

Ter Stegen y su arriesgado juego con los pies debutan ante el. Madrid después de haber jugado 63 partidos con el Barcelona

Ter Stegen detiene un balón en el entrenamiento del Barcelona, ayer en la Ciudad Deportiva Joan Gamper
Ter Stegen detiene un balón en el entrenamiento del Barcelona, ayer en la Ciudad Deportiva Joan Gamperlarazon

Ter Stegen lleva tres temporadas en el Barcelona y ha disputado 63 encuentros con la camiseta azulgrana, pero nunca se ha enfrentado al Real Madrid.

Ter Stegen lleva tres temporadas en el Barcelona y ha disputado 63 encuentros con la camiseta azulgrana, pero nunca se ha enfrentado al Real Madrid. La extraña y complicada situación que vivía con Claudio Bravo ha terminado y podría decirse que él fue el ganador. En las dos primeras campañas de Luis Enrique, la Liga era para el chileno y la Copa (ganada las dos veces) y la Champions (ganó una, eliminado en cuartos en otra) para el alemán, incómodo con esta situación tensa a la vez que respetuosa. Incluso le tentó el Manchester City de Guardiola, tema del que nunca quiere hablar. El conjunto inglés fue finalmente el destino de Bravo para que Ter Stegen se adueñara de la meta del Barcelona también en la Liga (en Copa, contra el Hércules, actuó Cillessen). El ex técnico del Barça buscaba para los «citizens» un portero que supiera jugar con los pies, como lo eran Valdés en su época azulgrana o Neuer en el Bayern Múnich. «No me importa que falle una vez porque a cambio en muchas otras nos da continuidad en el juego», defendía Pep a Valdés cuando fallaba. Algo parecido sucede ahora con Ter Stegen. Su arriesgada forma de jugar hace que cuando comete un error sea muy «grosero» y se convierta rápidamente en viral en las redes sociales. Esta temporada, el peor fue contra el Celta, ya que le costó un gol a su equipo, que estaba buscando la remontada. «Ha sido mi culpa», admitió sin excusas. «Tiene que seguir jugando así porque nos da mucho más de lo que nos quita», afirma Piqué, uniéndose a la teoría de Guardiola. Es contradictorio que se le critique por eso, porque precisamente fue su juego de pies, que ha ido mejorando desde niño, una de las causas principales que le llevó a firmar por el Barcelona. Es portero de casualidad, como casi todos, porque levantó la mano para ocupar la meta el día que de niño faltó el guardameta oficial. Desde joven maneja igual de bien ambas piernas. En Liga ha dado 349 pases, 32 de media por encuentro. Ocupa el puesto 122 de los 438 futbolistas que han participado en el campeonato. No hay que olvidar la posición que ocupa. Su error ante el Celta, al que se suma alguno más que no ha terminado en «tragedia», le ha hecho ser algo más precavido. Ante la presión de la Real Sociedad en el último duelo, Luis Enrique le pedía que despejara en largo para no arriesgar. Intentó 16 centros de larga distancia, y sólo seis tuvieron destino correcto. Los ocho que probó en corto siempre encontraron a un compañero. Con las manos ha protagonizado 31 paradas. El alemán ha encajado diez de los 14 goles recibidos por el Barça en la Liga. Dos los recibió Bravo, que jugó la primera jornada antes de irse a la Premier, y dos Cillessen. El año pasado eran 12 los tantos en contra, por seis el anterior, en la primera temporada de Luis Enrique. Los números discretos coinciden con los de puntos del equipo: son 27, seis menos que el curso anterior y cuatro menos que el del estreno del técnico asturiano. Hay que ir a la 2003/04 para ver 20 puntos en 13 jornadas.

No es Ter Stegen una persona que se vaya a poner nerviosa. «Cuando tienes nervios no encuentras una solución. La presión me encanta», ha asegurado en los medios del club. Perfectamente integrado en la plantilla, a lo que le ayudaron Rafinha y Sergi Roberto, habla un español más que correcto. Como todo portero, tiene sus manías. Para él los guantes son sagrados y no le gusta que los toque nadie. Tampoco, según confesó en «Rac-1», escupe en ellos, como hacen muchos colegas para que ganen en agarre.

«Voy a dormir muy tranquilo»

Del «culo prieto» de Zidane al «culo “pelao”», que diría Luis Aragonés, de Luis Enrique. El técnico suele desdramatizar las situaciones, tanto cuando está en ventaja como cuando está detrás. Ayer no fue diferente. «No será un partido determinante para el título», dijo. ¿Y sobre los nervios?: «He vivido muchos como para saber que controlar las emociones es vital. Voy a dormir tranquilo».