Champions League

Real Madrid

Otra vez la misma piedra

El Madrid se adelantó dos veces al Dortmund y, como contra Las Palmas, se dejó empatar en dos ocasiones. La última, al final

Cristiano Ronaldo y Gareth Bale, aplauden a los aficionados al final del partido
Cristiano Ronaldo y Gareth Bale, aplauden a los aficionados al final del partidolarazon

El Madrid se adelantó dos veces al Dortmund y, como contra Las Palmas, se dejó empatar en dos ocasiones. La última, al final

Le cuesta al Real Madrid cerrar los partidos y se le van victorias que tenía cerradas. Como le sucedió en Las Palmas, ayer se adelantó dos veces en Dortmund y en dos ocasiones se dejó empatar. Si en el partido de Liga fue un error, en Champions el conjunto de Zidane se derritió al final del encuentro, después de haber protagonizado una actuación notable en un escenario más que complicado. Aguantó bien el empuje inicial, metió un gol a la contra, se dejó empatar tras un error de un gran Navas; tomó el balón en la segunda mitad, se puso al mando del partido, se adelantó para confirmar su superioridad y se desinfló o se dejó asustar por un rival apasionado y un público enfebrecido. Tiene que estudiar Zidane qué le sucede a su equipo, si se echa atrás de manera voluntaria o es el subconsciente o son los rivales los que le empujan. El caso es que el empate de ayer no es para nada un mal resultado y el Real Madrid dejó una buena imagen en un lugar en el que todos van a sufrir, pero vuelve a dar la impresión de que su botín podría haber sido mayor y no tuvo madurez para conservarlo.

El partido respondió a lo que se esperaba: mucho nervio, mucha ida y vuelta, con un Borussia incansable. Tomó el balón al principio y acosó al Madrid con mucho ánimo y poca prudencia. Cuenta una de las leyendas acerca del paso de Benítez por el banquillo blanco que un día intentó explicar a Modric cómo podía mejorar su golpeo de balón con el exterior del pie. Esa forma de pasar es la especialidad del croata, que le da con efecto, supera contrarios y deja el balón donde quiere. Es poco ortodoxo, pero es efectivo y bastante estético. Un buen pase de Modric puede ser un gol, como sucedió anoche en Dortmund, para poner el partido de cara a los suyos. Tenía la pelota en su campo y con su toque especial, abrió a la izquierda superando las líneas de presión y de ahí nació el contraataque que desarmó al apasionado Borussia. Entonces, no tuvo más remedio que apagarse.

El conjunto de Zidane interpretó bien hasta casi el final los diversos papeles que le tocaron ayer en el partido más duro del grupo de la Champions. Se cerró y se juntó al principio, cuando llegó el arreón del equipo local y supo encontrar las salidas adecuadas para pillar a la contra. El Borussia juega con entusiasmo, pero le cuesta volver y eso frente al Madrid es jugar a la ruleta rusa. En varias ocasiones se encontró a campo abierta, pero sólo acertó en una.

En la memoria de todos estaba el partido de 2014, cuando el equipo alemán dejó su huella y a un Madrid tiritando y clasificado por los pelos. El equipo de Zidane, sin Casemiro, tenía claro que no podía dejarse llevar ni romperse. Zidane formó el centro del campo con Modric, Kroos y James, con el colombiano algo adelantado respecto a los dos mediocentros y haciendo un trabajo envidiable. Varane apretaba atrás, recuperando el espacio a su espalda y ganando a los rivales. El partido del francés, por fin, fue para enmarcar. Marcó, además, el segundo tanto y no cometió los puntuales errores que sí que hizo Ramos en un par de ocasiones.

El conjunto blanco se defendió bien y sólo le desordenaba Dembelé, con su velocidad, a veces con su atropello. Sabía el Madrid que tenía que aguantar, lo hizo, marcó, además y empezó a tener la pelota más tiempo, a ganar terreno y a imponerse, porque los tres del centro del campo trabajaban y también jugaban.

Pero se equivocó Navas y despejó contra Varane y hubo que volver a empezar. Ahora tocaba el papel de dominar y dormir al rival y los de Zidane lo hicieron a la perfección. Se apoderaron del campo y dominaron el choque. Bale vencía en todos sus duelos y Cristiano estaba más activo que nunca. Atrás, mientras, Navas se rehacía parando las llegadas del rival. El gol blanco fue consecuencia de su dominio, que a veces la lógica también tiene su sitio en este deporte.

El partido era suyo, el golpe de mano a su estado de ánimo tras los dos empates consecutivos, pero no supo aguantar. O se conformó o se relajó o el cambio de James le descentró. O es que cuando el Borussia empuja, con la sangre joven y caliente, aguantar es imposible.

2 - Borussia Dortmund: Burki; Piszczek, Sokratis, Gintel, Schmelzer; Castro, Weigl, Guerreiro (Emre Mor, m.79); Gotze (Schurrle, m.59), Dembele (Pulisic, m.73) y Aubameyang.

2 - Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Varane, Sergio Ramos, Danilo; Kroos, Modric, James (Kovacic, m.71); Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema (Morata, m.89).

Goles: 0-1, m.17: Cristiano Ronaldo. 1-1, m. 43: Varane, en propia puerta. 1-2, m.68: Varane. 2-2, m.87: Schurrle.

Árbitro: Mark Clattenburg (Inglaterra). Amonestó a Schmelzer (49), Weigl (74) y Guerreiro (76) por el Dortmund.

Incidencias: encuentro de la segunda jornada de la Liga de Campeones disputado en el Signal Iduna Park ante 81.000 espectadores. EFE

Así ha sido el partido en directo