Real Madrid

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Goles contra cualquier pizarra

Ni los marcajes al hombre ni en zona en los córners evitan los goles de Sergio Ramos. Zidane prepara esas jugadas con muchos vídeos.

Sergio Ramos celebra uno de los dos tantos que marcó al Nápoles en la vuelta de los octavos de final
Sergio Ramos celebra uno de los dos tantos que marcó al Nápoles en la vuelta de los octavos de finallarazon

Ni los marcajes al hombre ni en zona en los córners evitan los goles de Sergio Ramos. Zidane prepara esas jugadas con muchos vídeos.

Antes del partido de ida en el Santiago Bernabéu, a Maurizio Sarri, entrenador del Nápoles, le preguntaron si había pensado o ensayado cómo parar los remates de Sergio Ramos. «¿Una forma de parar las jugadas a balón parado? Sergio Ramos ha metido muchos goles a balón parado este año, dime tú cómo se le para», contestó el entrenador del Nápoles. En la ida no sucedió nada, pero para el choque de vuelta, está claro que nadie se lo dijo.

A Sarri se le acusa de que en vez de marcar al hombre, situó a su equipo en zona en los dos córners decisivos pese a que tenía que ser consciente del peligro individual del capitán. «En esas situaciones, Sergio Ramos es un fuera de clase y cambia poco marcarle en zona o al hombre», explicaba. Sarri es un entrenador metódico, que seguro que ha visto cientos de vídeos y que seguro que explicó a sus futbolistas que había que evitar los balones al primer palo en los saques de esquina. Porque entre Kroos y Ramos ya han fabricado diez tantos desde que coinciden en el Madrid. En Liga, el conjunto de Zidane es el que más remata de cabeza: 99 veces, casi cuatro por partido, 25 remates más que el segundo equipo.

No hay entrenador rival que no haya estudiado la manera de frenar las jugadas a balón parado del Madrid porque todos saben que pueden dar la victoria al equipo blanco pese a que no esté siendo mejor: «Teníamos mil veces hablado ese córner, pero a veces escapan a ese marcaje y se nos ha ido», aseguraba Garitano, cuando entrenando al Deportivo, esta temporada, estuvo muy cerca de sacar algo positivo del Bernabéu. Pero Ramos marcó de cabeza al final, con un par de jugadores rivales encima de él. Desde que marcó el tanto de la Décima, el defensa ha conseguido 21 goles, de los cuales 18 han sido cuando su equipo estaba empatando o perdiendo.

En realidad no es algo que el Real Madrid ensaye habitualmente en los entrenamientos, porque sobre el campo Zidane prefiere practicar jugadas en movimiento, desde ataques a maneras de defender. El balón parado es una cuestión más de laboratorio que de práctica. Es decir, que más que con el balón, en el césped de Valdebebas, el equipo de Zidane hace un estudio concienzudo sobre cómo defiende el rival con vídeos y la pizarra del vestuario. Ahí explican los movimientos, el marcaje y jugadores que, probablemente, se vayan a ocupar de los rematadores blancos y luego se explica más detalladamente en la charla técnica con los futbolistas. Nada es improvisado, hay un análisis de las debilidades del rival en esas jugadas y de las posibilidades del Real Madrid.

Y luego está Ramos, claro, un futbolista que ha decidido dejar su impronta en el Real Madrid con cabezazos decisivos. Él cuenta que todo empezó con su padre, en la playa, dando cabezazos dentro del mar y en la orilla. «Es la determinación lo que le hace distinto al resto y Kroos nos ha creado muchísimas dificultades con sus centros. Es indefendible en posición estática», explicaba Reina, el portero del Nápoles, la última víctima de su colección. «Quizá con una gripe se le pare», contó el delantero del Dépor Joselu.

«Es gen, es instinto, es que tiene un ángel», cuentan en el Real Madrid para explicar lo que empieza a ser inexplicable. Lo que nadie sabe evitar.