Vela

Iker Martínez: «En el mar se aprende lo que son necesidades»

Pegado siempre al agua, mientras piensa si vuelve a intentar ir a los Juegos, comienza el año con el desafío de la Vuelta a Mallorca.

Iker Martínez: «En el mar se aprende lo que son necesidades»
Iker Martínez: «En el mar se aprende lo que son necesidades»larazon

Pegado siempre al agua, mientras piensa si vuelve a intentar ir a los Juegos, comienza el año con el desafío de la Vuelta a Mallorca.

Es uno de los mitos de nuestra vela, un deporte con larga tradición en España y casi siempre con éxito en los Juegos. Pero 2016 fue algo amargo para Iker Martínez, lesionado por otra embarcación y sin poder competir en las pruebas de clasificación para los Juegos. Intentó participar más tarde y eso derivó en un conflicto hasta jurídico con otros competidores españoles. Al final, Iker Martínez no estuvo en Río y ahora se está pensando si tiene ganas, motivaciones y algo por lo que meterse en un proyecto a cuatro años. De todos modos, no para: es una de las caras visibles de Citroën, con el que ha diseñado un coche y este año su primer reto es la Vuelta a Mallorca, donde tiene el desafío de establecer el récord de su categoría. Iker siempre está compitiendo, pensando en el mar.

–La vela siempre se ha visto como un deporte de élite, pero es sacrificado. ¿Cuántos días pasa en casa al año?

–Poquitos. Es verdad que históricamente siempre se ha tenido una imagen elitista de la vela. Después de la guerra, en España tenían barcos quienes tenían dinero para comprarlos, pero hoy hay hasta escuelas municipales en casi todas las ciudades que dan al mar. Es más caro que jugar al fútbol, pero es asequible y tan competitivo como el fútbol.

–Se quedó sin ir a los Juegos tras una agria polémica. ¿Tuvo ganas para verlos?

–Los vi, sí. Fue la primera vez que veía unos Juegos por la tele. Es una fiesta del deporte y me alegré por los éxitos españoles y de los no españoles conocidos y de mis amigos. Disfruté más de lo que pensaba, pero fue un alivio cuando acabaron, tuve la sensación de que se había acabado otro ciclo. No sé si voy a pelear por ir a los Juegos dentro de cuatro años, voy a evaluar las posibilidades y no descarto el volver a pelear. Hay que definir qué clases son olímpicas y entonces veré qué hago.

–Son cuatro años volcados en eso. Hay que pensarlo mucho.

–Cuando lo has hecho una vez, te planteas las cosas de otra manera. Yo he participado en tres Juegos y tengo dos medallas. Si no encuentras motivaciones, es mejor que no lo hagas porque es difícil y el resultado no va a depender de lo que tú hagas. Fíjate lo que le pasó a Gómez Noya, que se lesionó, o a mí, y hay que asumir que eso te pueda ocurrir. Pero después, la motivación puede llegar de muchos sitios. Gómez Noya dice ahora que se plantea seguir peleando. A mí no me gustaría acabar mi carrera olímpica por culpa de una lesión sufrida por otra embarcación.

–Porque exige mucho sacrificio que, además, no se ve.

–Es un sacrificio de tiempo. Una preparación olímpica es un saco sin fondo, te quita tiempo para la familia y a otros proyectos más viables.

–¿Por qué no se consiguió una medalla en vela en Río de Janeiro?

–Por una serie de circunstancias, y también por mala fortuna. Dos estuvieron muy cerca, pero al final no se pudo conseguir. Estos últimos años han sido difíciles porque económicamente no estamos en un momento muy boyante y porque ha habido muchos problemas en paralelo a eso, como la mala gestión de la Federación, que no ha dado ayudas a los deportistas. Tenemos mucha tradición en España en este deporte y eso hace que muchas veces sea un camión que avanza, pese a la gestión ineficaz.

–¿Qué se aprende en el mar?

–Se aprende muy bien lo que son necesidades, lo que te hace falta, como comer o dormir. El mar es un medio que hay que respetar, porque con la fuerza de la naturaleza no se puede bromear.

–¿Qué le diría a la gente que tiene miedo al agua?

–Hay que tenerle respeto, pero no miedo. El mar cambia de un estado a otro. Ahí sientes que somos muy pequeñitos.

–Supongo que cuando plantea sus vacaciones piensa en la montaña.

–El verano es una temporada muy fuerte para este deporte. Sin duda me gusta la montaña, pero no he podido dedicarle mucho tiempo. Tengo amigos que hacen travesías. Quizá cuando este más tranquilo pueda ir con ellos.

–Ha creado su propia Berlingo.

–Sí, los de Citroën son unos campeones, nos hicieron fotos, eligieron el material, lo rotularon mano y ha quedado espectacular. No pasamos desapercibidos, la gente alucina, no se ven coches así por la carretera.

–Llegó a dormir en una furgoneta.

–Es curioso, pero hay ciertas cosas que ocurren por el destino. Citroën ha estado ligado a la vela siempre. Cuando empezamos, que estábamos todos con una mano delante y otra detrás, usábamos una R23, que era de batalla y en la parte de atrás iba el colchón. Así recorrimos Europa y nos lo pasamos fenomenal.