Real Madrid

Lisboa

Isco o Bale, sólo hay sitio para uno

El galés está a tope en los entrenamientos; el español ha demostrado su jerarquía. Con el resto del equipo titular decidido, Zidane tiene cuatro días para despejar la única incógnita. El Madrid juega distinto según esté uno u otro.

Isco o Bale, sólo hay sitio para uno
Isco o Bale, sólo hay sitio para unolarazon

El galés está a tope en los entrenamientos; el español ha demostrado su jerarquía. Con el resto del equipo titular decidido, Zidane tiene cuatro días para despejar la única incógnita. El Madrid juega distinto según esté uno u otro.

Por un lado, el salto de Bale para llegar al rechace de un tiro de Di María, cuando, en la prórroga de aquella final de Lisboa, todos estaban ya agotados, con calambres y sin oxígeno. En el otro, el pase de Isco a Ronaldo en Málaga, en el último encuentro de Liga, cuando estaba todo en juego y el malagueño le pegó con el exterior, entre los defensas, sin nervios, para dejársela a Cristiano Ronaldo y marcar el primer tanto que llevaba a la Liga.

En otro lado, sin embargo, los primeros 25 minutos de la final de Milán, cuando Bale fue un futbolista imparable, decisivo para que el Madrid empezara marcando en el choque contra el Atlético. Y en el lado contrario, este último tramo de temporada de Isco, ganando partidos contra rivales menores y siendo fundamental en los encuentros grandes, un jugador ya convencido de su clase.

Y en medio, quizá pensando o quizá ya con las ideas claras, Zidane. Porque los dos no caben en el once para la final del sábado en Cardiff.

Durante las últimas semanas de Liga, al entrenador francés le preguntaron varias veces si para este partido iba a contar con Bale o con Isco y siempre respondía que no era el momento de hablar de eso, que aún estaba en juego la Liga y había que ganarla. Conseguido eso, el momento ha llegado.

Hoy el Madrid celebra su día de puertas abiertas a los medios y el entrenador francés va a dar una conferencia de prensa. Y, sin duda, se le preguntará que a quién elige de ambos, porque a cuatro días de la final, es la única duda, la gran duda, del once del Madrid. Se cuenta con Carvajal para la derecha en vez de Danilo, pero nadie se atreve a apostar por quién jugará junto a Benzema y Ronaldo. Si Bale, para formar con los tres delanteros; o Isco, para jugar con un hombre entre líneas, tal como ha disputado el Real Madrid los partidos que le dieron la Liga y que le clasificaron para la final de la Champions. «Si juega Gareth Bale el Madrid tendrá más profundidad; Isco es un futbolista más técnico. El Madrid corre más con Bale, controla más el juego con Isco», contó ayer Allegri, el entrenador de la Juve, que probablemente estará dando vueltas a la alineación del Real Madrid lo mismo que Zidane. Es diferente jugar contra un equipo que te puede hacer daño con balones largos a la espalda de la defensa, a la carrera de Bale, que enfrentarse a un rival que se mueve mucho por el interior, sacando a los centrales de sitio y obligando a los centrocampistas a mirar atrás. «Alguna diferencia hay porque los jugadores son diferentes. Mejor o peor no voy a decir porque son dos grandes jugadores y tenemos que tener más atención dependiendo de quien juegue», explicaba Chiellini, uno de los defensas de la Juve.

No es sencilla la decisión de Zidane, aunque las dos elecciones son buenas. Fue contra el Barcelona, en el choque de abril en el Santiago Bernabéu, cuando el francés apostó por el galés, que se había lesionado contra el Bayern de Ancelotti once días antes. Bale quiso forzar y no pudo llegar ni al descanso. Desde entonces, se decidió no forzar más y esperar a su recuperación definitiva. Ahora Bale está a tope, se entrena con el resto de la plantilla con normalidad y algunos aseguran que se encuentra incluso un tono físico algo superior al resto. No se espera ningún susto.

El problema es que desde el partido del Barcelona, el 23 de abril, el galés no ha jugado ni un minuto, mientras que Isco se ha instalado como el cuarto centrocampista, el futbolista que metió el gol en el Vicente Calderón en la vuelta de la semifinal y el que dio el pase definitivo a Ronaldo para marcar el primer tanto en Málaga. Suplente en las dos últimas finales en las dos, en Lisboa y en Milán, salió para inclinar el partido hacia su equipo.