Italia

«Iscomanía» en el mundo

El centrocampista del Madrid asombró por su partidazo contra Italia. Sacó de quicio a Verratti y marcó el ritmo de España, además de los dos goles. Ha llegado su momento.

«Iscomanía» en el mundo
«Iscomanía» en el mundolarazon

El centrocampista del Madrid asombró por su partidazo contra Italia. Sacó de quicio a Verratti y marcó el ritmo de España, además de los dos goles. Ha llegado su momento.

Hay partidos que cambian la carrera de un futbolista. Isco ha tenido actuaciones espectaculares en el Madrid, como el choque de Liga en el Calderón la pasada temporada o su papel primordial en los minutos que ha jugado en las tres últimas Champions del equipo blanco. Pero en el Madrid está rodeado por Modric y Kroos, respaldado por Casemiro y tiene delante a Cristiano. Es uno de los mejores, pero no es el jefe de todo. El sábado, en un partido crucial para la Selección, Isco tomó el mando de las operaciones y si España jugó como jugó, si España goleó a Italia, fue por el ritmo que impuso el jugador del Real Madrid. Él era quien rompía las líneas, el que hacía jugar, pero también el que marcó. Eso multiplica su valor.

Mejor futbolista

«Isco antes tenía talento, ahora es un gran jugador», decía Julen Lopetegui, nada más acabar el encuentro. Ayer explicó lo que quería decir: «Ser un gran futbolista es otra cosa, es continuidad, fiabilidad, máxima exigencia, no se llega a eso sólo por calidad, sino por actitud, conocimiento y trabajo. Por eso Isco está en ese crecimiento futbolístico», explicaba en Radio Marca. A sus 25 años, tras ser un ídolo en Málaga, se ha tenido que ganar el puesto en el Real Madrid y en la Selección. Y eso le ha hecho crecer y crecer.

Nada más aterrizar en Madrid, impresionó a la grada por sus apariciones estelares, pero Ancelotti nunca llegó a tener plena confianza en él, pese a que era uno de los futbolistas que más minutos participaba. Ancelotti casi siempre le vio como un jugador con «duende», capaz de realizar lo que su cabeza imaginaba, pero le reprochaba su excesivo barroquismo y le costaba encontrarle un sitio en un equipo que era más vertical que ahora, donde los centrocampistas tenían que hacer un despliegue físico continuo.

Isco corrió, trabajó, fue suplente muchas veces y siguió trabajando. Pasó Benítez, sin capacidad para tomar riesgos o salirse del guión y no tuvo en cuenta a Isco, y llegó Zidane.

Minutos importantes

Ha habido un acercamiento durante estos meses entre el juego del Real Madrid y el juego de Isco. El equipo ha ido avanzando desde un fútbol rápido, muy centrado en los hombres de ataque, a un fútbol con más posesión, aunque con muchas variantes, con capacidad para jugar de varias maneras a lo largo de un mismo partido. Y una de las claves es Isco. Fue en la segunda mitad de la temporada pasada cuando tuvo que dar un paso decisivo. Ya no es que jugase mucho (nunca jugó poco), lo relevante es que lo hizo en los grandes partidos.

Ahora Isco hace daño y su virtuosismo está al servicio del equipo y no al revés. Uno de los factores que habla de la madurez de un futbolista es cuando hace más con menos, cuando no piensa tanto en lucirse como en ser útil. Isco, ahora, como demostró ante Italia, es más útil que antes. Y sigue siendo tan bonito.