Real Madrid

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Las dos caras de James Rodríguez

El colombiano disfruta cuando viaja con su selección, donde es imprescindible, mientras que en Madrid aún no se ha ganado ese papel

James Rodríguez conduce el balón en una jugada con la selección colombiana
James Rodríguez conduce el balón en una jugada con la selección colombianalarazon

El colombiano disfruta cuando viaja con su selección, donde es imprescindible, mientras que en Madrid aún no se ha ganado ese papel

«Los hizo jugar bien a todos. Es un jugador significativo para el equipo y tiene el talento para desempeñarse en varias posiciones en el campo», decía Pekerman, el seleccionador colombiano, cuando le preguntaron por el último partido de James, contra Venezuela. El técnico argentino no duda en defender a su mejor futbolista, en torno al que gira todo su equipo. Con James, Colombia sube de nivel, se ve capaz de competir contra quien sea.

El capitán

Cuando llega a su selección James se siente protegido, como no le sucede cuando cruza el océano hacia la capital de España. En Colombia todos juegan para él y él juega para todos. No tiene que demostrar su valía o su carácter en unos pocos minutos, porque cuenta con la titularidad haga lo que haga. «Es uno de los grandes jugadores del mundo», continuó Pekerman con sus elogios. Desde Colombia consideran imprescindible a su capitán y hacen todo lo posible por subirle la moral en estos tiempos tan complicados en el Real Madrid.

Relación cercana

Después de marcar, James corrió a abrazarse con Pekerman. Sabe que es su gran valedor. «Él es un padre para todos, todos sentimos eso, fue como un abrazo de padre a hijo», decía el centrocampista del Madrid para explicar una imagen que salió en todos los periódicos colombianos. Desde allí no se entiende cómo un futbolista de su clase puede pasar tanto tiempo en el banquillo blanco. Les parece un error de Zidane, al que empiezan a mirar con desconfianza. Cuando James fue presentado, el Bernabéu se abarrotó de aficionados colombianos que querían ver a su estrella pisando la hierba del estadio madridista. Hoy se sienten defraudados porque James no está teniendo el protagonismo que sí tuvo hace dos temporadas. Llegó, se hizo un sitio y fue, sin duda, el mejor de ese Madrid que entrenaba Ancelotti.

Un símbolo

James no es un futbolista más en Colombia. Es la estrella, el jugador-emblema, el protagonista de los anuncios, que sacó una bebida propia. James trasciende lo que es el fútbol y su llegada al Bernabéu, tras pasar por el Mónaco y el Oporto, se consideró también como un triunfo del fútbol colombiano. El día que fue presentado, el embajador de su país en España fue al estadio madridista para acompañarle y para demostrar la importancia que tiene en Colombia James Rodríguez. Por eso sus penas en Madrid duelen en Colombia y en la selección principalmente, como si fueran propias de cada colombiano. James representa el futbolista que llegó a la élite del deporte para triunfar. Y ahora ven que sólo es feliz cuando regresa a Colombia.

Uno más en el Madrid

El jueves volverá James a los entrenamientos en Valdebebas para preparar el choque contra Osasuna, después de jugar con la selección de Colombia, el lugar donde juega liberado y sin presión. El lugar donde no se duda de él, suceda lo que suceda. Pasa de disfrutar en la selección colombiana, de ser el capitán, el líder y el referente del equipo de Pekerman, a convertirse en un jugador suplente, que pelea por ganarse ser el primer suplente en el conjunto que entrena Zidane. Ésa es la vida rutinaria de la estrella colombiana en la capital del Madrid. No quiso irse en verano y sabe que tiene que sudar. Mientras, Colombia es un oasis en el que se siente protegido por el entrenador y por la prensa del país.

Asensio, Isco, Lucas...

Cuando los tres delanteros de arriba (Bale, Ronaldo y Benzema) estén disponibles, van a ser titulares, quizá no siempre, pero sí en los partidos importantes. Y cuando falte alguno, Morata es el primer recambio. La línea de tres del centro del campo también está copada por Casemiro, Kroos y Modric y cuando uno de ellos no pueda jugar o Zidane decida darle minutos, la competencia es terrible: ahí puede jugar Asensio, que se ha ganado minutos; está Lucas Vázquez, un revulsivo, un futbolista que le gusta a Zidane; y también hay que contar con Isco, con el que hubo dudas antes de que se cerrase el verano, pero que al final se ha quedado esta temporada. Por lo visto hasta ahora, Isco está por delante de James en los gustos del entrenador francés. Es contra esos tres frente a los que tiene que luchar James Rodríguez para, sólo, ser el primer recambio cuando alguien falle en el centro del campo.

Convencer a Zidane

Se queda en el Madrid, convencido de que si lucha y si vuelve a jugar como en la primera temporada no va a quedar más remedio que darle minutos. «James es un gran jugador y lo ha demostrado en el Real Madrid. Tengo un inmenso afecto por él, es un compañero que todo el mundo admira», decía de él Casemiro. Benítez no terminó nada contento con él y Zidane tampoco ha encontrado el modo de convencerle o de hacerle competir. James se queda, pero va a necesitar mucha paciencia y sudor.