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Las finales son como un huevo Kinder

La Razón
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Todos sabemos que las finales se ganan, como sea. También sabemos que el campeón siempre da un poco más. Y desde el ángulo psicológico, si la presión se sabe canalizar, el partido se disfruta, y el equipo que logre hacerlo tendrá ventaja. En una final los jugadores tienden a rendir un poco menos. La causa puede ser múltiple: temores, ansiedades, presiones... A Bale y Cristiano, jugadores valiosísimos, se les pudo ver fallar algunos controles fáciles, lo que indica que no asimilaron del todo la presión en la vuelta ante el City. Y es que de la presión nadie está exento, es igual para todos.

El Atlético es, psicológicamente, más equipo que el Madrid por dos motivos: trabaja desde hace años con el mismo entrenador y la misma base, y la estrella es el conjunto. Ser equipo ayuda desde el punto de vista psicológico.

En Milán se producirá un choque muy atractivo hablando de psicología deportiva. Por un lado, Zidane, que ha levantado en meses a un grupo de jugadores. Y por otro lado, Simeone, que mantiene un mismo estilo hace tiempo y ha reforzado la autoestima de plantilla, club y aficionados.

Sobre el césped, también habrá lucha psicológica. Por el lado del Atlético, el «Niño» Torres ha definido esta final como el partido más importante de su vida, convencido de que el destino tenía algo grande preparado para este grupo y para él. En el bando blanco, Bale, si bien aclara que no hay favorito, se presenta resultadista al decir: «No ganar esta final es un fracaso, igual que quedar último». Algo en lo que no coincidimos, porque sólo dos equipos tienen la capacidad para alcanzar la final.

No todos tienen acceso a este tipo de partidos decisivos, que son como un huevo Kinder: cualquier sorpresa puede salir de su interior. Hay que estar psicológicamente preparado para todo. Y conseguirlo es lo que distingue al bueno del mejor. Lo más importante es levantarse frente a los miedos e ir a cada pelota como si fuera la última. Así se juega una final, con concentración y actitud. No hay que quedarse enganchado al error, hay que refocalizar rápido porque 90 minutos son muy largos.