Real Madrid

Real Madrid

Psicólogo Zidane

Levantó al equipo a su llegada y ahora se enfrenta a otra situación igual de complicada.

El técnico blanco, durante un entrenamiento
El técnico blanco, durante un entrenamientolarazon

Levantó al equipo a su llegada y ahora se enfrenta a otra situación igual de complicada.

Jesé marcó en Mestalla el gol del triunfo a diez minutos del final y corrió como un loco al banquillo a celebrarlo. «Se lo he dedicado a Zidane», explicaba después el futbolista canario, que responsabilizaba al entonces ayudante de Ancelotti de su buen momento de juego. Fueron tres meses magníficos del ahora delantero del PSG, que se detuvieron por la rotura de ligamentos en una rodilla. «He mejorado muchísimo gracias a él», insistía el canario, al que Zizou mimó especialmente desde su posición de segundo entrenador. Se acercó a los que más confianza necesitaban dentro del grupo y elevó su rendimiento con un trabajo silencioso alejado de los focos. Benzema, Varane y el propio Jesé agradecieron públicamente la labor del psicólogo Zidane, que pasó de ser un futbolista callado y reservado a una versión más comunicativa como técnico.

Al convertirse en primer entrenador convenció a una plantilla confundida y sin rumbo de que estaba a tiempo de que la temporada pasada fuera un éxito y, ahora, rota la racha de 40 victorias con dos tropiezos consecutivos, es el momento ideal para que Zidane vuelva a mostrar su capacidad para levantar al grupo. «Es una situación complicada, porque dos derrotas seguidas lo son, pero no estoy preocupado», confirmaba nada más perder contra el Celta, y reconocía que quizá todavía tenían en la cabeza el duro golpe de Sevilla. El equipo estaba jugando mejor que otras veces y se sentía fuerte, pero el globo se pinchó de repente y lo que parecía funcionar perfectamente dejó de hacerlo. Había preparado un comienzo de encuentro como el de la ida de octavos de Copa que acabó en goleada, pero nada salió igual. El equipo entró frío ante el Celta, dolido por lo de tres días antes, y pagó carísimo un par de errores. El aire ha cambiado y le toca a Zidane recomponer las piezas, como hizo al lado de Ancelotti, cuando sacó lo mejor de algunos futbolistas algo deprimidos. O como sucedió a su llegada al banquillo del Santiago Bernabéu y tras su primer tropiezo en casa frente al Atlético. Aquella derrota también dolió mucho y el equipo supo volver a creer, ganar la Champions y firmar una trayectoria que ya está en la historia.

«La derrota nos ha molestado pero no hay excusas, somos el Real Madrid, tenemos que seguir trabajando y pensar en el próximo partido porque esto lo vamos a superar», lanzaba Zizou como adelanto de la «terapia» antes de recibir al Málaga en busca de seguir sumando en la Liga. Algo para lo que el francés podrá contar con Marco Asensio, porque el pisotón en la muñeca no se ha convertido en una fractura a pesar del fuerte dolor que sentía. Tuvo que dejar el choque frente al Celta inmediatamente, pero no va a unirse a Bale, Pepe, James y Carvajal en la lista de bajas.

«El vestuario está más unido que nunca, no somos de repente los peores del mundo», avisaba Marcelo, como resumen de un grupo que cree al máximo en su técnico. El mejor camino para que vuelvan los goles de Cristiano, las paradas decisivas de Navas y la victoria como símbolo de normalidad es Zizou, que ya trabaja en su diván.