Atletismo

Reinventarse a los 36

Ruth Beitia, que ha cambiado su técnica de carrera y ahora arranca en parado, aspira a todo en altura

Ruth Beitia
Ruth Beitialarazon

En plena campaña electoral, a Ruth Beitia, atleta y política, no le daba la vida. Iba de pueblo en pueblo para defender los intereses del PP y tenía que hacer hueco para ponerse los pantalones cortos y entrenar, y saltar. «Estaba cansada y le dije a Ramón [Torralbo, su entrenador desde los 11 años] que si llegaba y le pedía lanzar jabalina, que me dejase», explica la saltadora cántabra. Era una época complicada y su cabeza no paraba de dar vueltas: por la responsabilidad de la política y la preocupación por que no estaba consiguiendo que sus saltos fueran iguales, cuando el objetivo es que todo esté medido al milímetro para llegar a la perfección. «No dormía muy bien porque cuando estás muy cansada duermes bien las primeras horas y luego como que me despertaba muy pronto. Pues así, entre lagunillas, tuve una idea para recuperar la estabilidad en la carrera que había perdido», continúa Beitia. «Y le dije a Ramón: “He soñado que salía de parado, ¿puedo probar?», añade. Y Ramón, con el que prácticamente tiene una conexión mental perfecta después de 25 años, dijo que adelante. «Sé que suena un poco “happy”, muy rocambolesco, pero así es como empezó todo, y desde el minuto cero fue bien», dice la atleta de 36 años, una edad en la que se puede seguir aprendiendo pese a llevar toda la vida practicando un deporte. Por tanto, ahora Beitia no da unos pasitos antes de arrancar en busca del listón, que alcanzaba en siete zancadas antes del brinco. La atleta está quieta, visualizando el salto, y da nueve pasos en la carrera previos a empezar a volar. «Entro rápido como antes, pero me da tiempo a pensar en cada apoyo, a rectificar si me meto o me quedo lejos... Como que tengo más visión de la carrera haciéndola en parado», prosigue con su explicación. «Ya no es momento de volver atrás, estoy muy contenta con mi salida en parado, y muy adaptada», concluye Ruth que con esta nueva técnica buscará en la madrugada del miércoles al jueves (03:35, Teledeporte) meterse en la final para pelear por un nuevo éxito en su carrera, para mejorar incluso el bronce que logró hace dos años, porque no se conforma con otra cosa que no sea el oro: «Hay que ir a por el sobresaliente para obtener al menos el notable alto».

Muchas cosas en la vida de Ruth Beitia suceden así. En 2012 se retiró y volvió a la competición por culpa de la lluvia, que le impedía dedicarse a su nueva afición, el patinaje; un sueño fue el causante de que cambiara su forma de afrontar el listón. Ahora se toma cada competición como «un regalazo» e incluso está a punto de conseguir una proeza: imponerse en la prestigiosa «Diamond League» (es líder a falta de una reunión, la del 11 de septiembre en Bruselas), algo que ningún español ha conseguido antes: «A mi nivel en España apenas hay competiciones y es bueno enfrentarte a las que te vas a enfrentar en el Mundial en cada una de las pruebas de la Liga de Diamantes», analiza Beitia. Precisamente en una de esas pruebas, la de Roma, la cántabra voló hasta los 2,00. Es la segunda mejor marca del año. Por delante sólo queda la rusa Anna Chicherova, la campeona olímpica, que ha llegado a situar el listón en 2,03. Si repite esa marca, la española tendrá que batir su récord nacional (2,02, logrado en 2007) si quiere luchar por el oro: «En el campeonato de España lo probé, y fue un buen intento. Lo tengo en mente, claro. Cada noche me acuesto con la sensación de que puedo llegar a esos 2,03». Pues si lo ha soñado...