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Nadal, más favorito que nunca

El tenista español busca ante Kevin Anderson su decimosexto «Grand Slam» después de la exhibición ante Del Potro. En los precedentes, cuatro victorias de Rafa ante el cañonero surafricano

Nadal durante su último duelo con Del Petro
Nadal durante su último duelo con Del Petrolarazon

El tenista español busca ante Kevin Anderson su decimosexto «Grand Slam» después de la exhibición ante Del Potro. En los precedentes, cuatro victorias de Rafa ante el cañonero surafricano

No es sencillo valorar el monumental año que está protagonizando Rafa Nadal viniendo de donde viene. Ni siquiera para él y para su entorno más cercano, ese que celebró en su abarrotado palco de la Artur Ashe su pase a la final del Abierto de Estados Unidos al deshacerse con una exhibición de Juan Martín del Potro. «Está siendo una temporada espectacular después de dos años con muchos problemas, lesiones y duros momentos. Estoy muy feliz. Mi equipo y yo hemos hecho un gran trabajo durante estas dos semanas, siempre hemos creído en lo que hacíamos. Mantengo todavía la pasión y el amor por este deporte. Si el año pasado me hubieran dicho que sería número 1 y estaría compitiendo por ganar dos ‘‘Grand Slams’’ esta temporada, hubiera dicho que era imposible», comentó después de protagonizar su mejor partido del año sobre pista rápida. Hoy buscará (22:00, Eurosport) su decimosexto «Grande» ante el surafricano Kevin Anderson.

En Nueva York el torneo de Rafa ha sido de manual, de menos a más, como acostumbra. Vivió una primera semana titubeante y ante el argentino Mayer experimentó las primeras sensaciones que le hicieron pensar en algo serio. Ante otro argentino, «Delpo», cuajó su partido más completo en Flushing Meadows en mucho tiempo. Tan consistente como cuando fue campeón en 2010 y 2013 y finalista en 2011. Los nueve juegos consecutivos, entre el segundo y el tercer set, que endosó al de Tandil están entre su tenis más brillante del año. La resolución del partido fue un clínic de cómo jugar ante un pegador sobre pista dura. Fue muy agresivo desde el fondo, el saque le respondió siempre, movió al rival hasta marearle y abrió ángulos inalcanzables para el argentino. La receta para deshacerse de Anderson debe ser similar. El surafricano es tan pegador como Del Potro, pero tiene menos talento. También pega a la pelota muy fuerte y muy plana, pero ante el Nadal de semifinales carece de respuesta por mucho que su servicio esté en el «top 10» del circuito. Enfrente va a tener al mejor restador del mundo.

Kevin Anderson vivió ante Pablo Carreño el día más feliz de su vida. Sabía que estaba ante un «ahora o nunca». Con 31 años y después de pasar por numerosas lesiones nunca ha llegado tan lejos en un «Grand Slam». Llegó a ser cuartofinalista en 2015, pero jamás se había adentrado en el último fin de semana. Ante Carreño fue muy atrevido. No le quedaba otra. Coleccionó «aces» y puntos de saque y fue tan agresivo como su tenis se lo permite. Su problema es que ante Rafa necesita ser todavía más agresivo y las bolas que lleguen desde el otro lado de la pista no van a ser tan inofensivas como las de Carreño.

Nadal y Anderson se han medido en cuatro ocasiones y en todo tipo de superficies. Todo fueron victorias del español. La última fue hace menos de cinco meses en la tierra batida de Barcelona. Las tres anteriores fueron en pista dura y Rafa cedió sólo un set (en 2015 en París-Berçy). «Es uno de los jugadores más complicados de enfrentar, es un tipo muy alto con un gran servicio que está practicando ahora el mejor tenis de su carrera. También ha tenido muchas lesiones, es un ejemplo para los niños y me alegra verle en esta final», comentó Rafa.

La mayor dificultad para Nadal está en la falta de ritmo de los partidos de Anderson. Acumula una media de 20 «aces» por sesión, es alérgico a los intercambios y su gran objetivo será que Rafa no coja ritmo de partido. Si lo permite sabe que estará perdido. El número uno del mundo mezcla optimismo con su habitual cautela: «Llevo unos días bastante bien. Ya tenía la sensación de haber jugado muy bien durante los dos últimos días y eso se siente nada más comienzas el calentamiento. Veo que la pelota tiene el extra que tanto me estaba costando en la primera semana y media. Tengo energía y confianza para encarar una final que seguro que será difícil». En cualquier caso, bastante menos que para Kevin Anderson.