Irene Villa

Dolor

La fatalidad ha querido que la presentación del gran evento que acogerá la isla de Menorca en menos de mes y medio contra el dolor coincida con una semana de luto marcada precisamente por otro dolor, más difícil de manejar, que ha vuelto a unirnos de forma sobrecogedora. Todos estamos con esas ciento cincuenta familias de los pasajeros y tripulantes del avión que no llegó a su destino. Su sufrimiento, si es que sirve de algo, lo queremos sobrellevar entre todos. El mundo entero se ha solidarizado con quienes desde el martes tratan de sobrevivir a un duelo tan inesperado como cruel. De esto saben mucho las víctimas del terrorismo, con quienes precisamente estaba reunido, en Vitoria, el presidente del Gobierno en el momento del accidente de la aerolínea Germanwings. Compañía, por cierto, que estaba nominada como la mejor «low cost» de 2015, premio que finalmente recayó en la española Vueling, que cuenta con un centenar de aviones y ha transportado a más de 90 millones de pasajeros. Como decía, del 7 al 10 de mayo se inaugura en Menorca, bandera de la tranquilidad y la longevidad, el primer parque temático del mundo dedicado al tratamiento del dolor: Sine Dolore World Park, coincidiendo con el décimo aniversario del Fórum Mediterráneo Multidisciplinar contra el dolor, donde especialistas de todo el mundo presentarán las más innovadoras técnicas en el tratamiento del dolor crónico que afecta al 20% de la población. Ojalá que también sirvieran esas técnicas y metodologías revolucionarias para paliar el dolor emocional y el vacío que deja una sola pérdida humana.