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ADE 2020, una aceleradora de emprendedores veteranos

Los participantes en la séptima edición del programa ADE 2020 tras recibir los diplomas acreditativos
Los participantes en la séptima edición del programa ADE 2020 tras recibir los diplomas acreditativoslarazon

La experiencia de los participantes en el programa de la Junta de Castilla y León explica, en gran medida, la alta tasa de supervivencia de los proyectos que han participado en las diversas ediciones celebradas.

Son emprendedores, pero diferentes a los que estamos acostumbrados a ver. Estos suelen ser recién licenciados y aún están lejos de la treintena. En cambio, los que participan en ADE 2020, la aceleradora de proyectos de la Agencia de Innovación, Financiación e Internacionalización Empresarial (ADE) de la Junta de Castilla y León, son titulados superiores con una media de edad de 38 años y cuentan en su haber con una dilatada experiencia profesional en sus respectivos sectores y desarrollan proyectos que tienen vocación internacional desde su origen.

Avances en poco tiempo

La semana pasada recibieron los diplomas acreditativos los participantes en la séptima edición. Empresas tecnológicas relacionadas con la «economía del dato» como Atlas Innovative, Novaer, Voxel 3D, Xperiencia Virtual o Smart Rural; una medioambiental, Management DBelectronics; otra de telecomunicaciones, Joiny.Net, y una de innovación alimentaria, Artezana Land. Hasta la fecha, han pasado ya por ADE 2020 un total de 78 proyectos de actividades muy diversas, aunque prácticamente todos ellos con una fuerte base tecnológica. Estas nuevas empresas, cuya tasa de supervivencia alcanza el 70%, han conseguido financiación externa por valor de más de 4 millones de euros y generado casi dos centenares de empleos, la obtención de diversos galardones de prestigio y presencia en mercados internacionales a pesar de su juventud. ADE 2020 trabaja «a medida» de cada proyecto de forma individualizada, si bien, explican desde la agencia de la Junta, «el programa está comenzando a transformarse en una comunidad donde los emprendedores encuentren sinergias entre sus negocios y cooperen en la consecución de logros comunes».

¿Cómo funciona ADE 2020? Basta acudir a uno de los participantes, el ingeniero forestal Rubén Garañeda, para saberlo: «En cada convocatoria se seleccionan 10 proyectos, que han de cumplir un requisito: estar en marcha. Durante tres meses hacen seguimiento de tu empresa. Cada una de las iniciativas tiene un responsable. También te dan apoyo presencial con talleres monográficos; sesiones particulares y específicas, donde te ayudan a analizar la propuesta de valor de tu negocio, el esquema financiero y te acompañan con un plan de aceleración a implantar en seis meses. Ese acompañamiento incluso puede seguir concluido el programa». Los responsables de la aceleradora son técnicos de ADE que cuentan con el apoyo de expertos de Step One, una consultora externa. «Te dan puntos de vista importantes que a ti se te pueden pasar. Las sesiones son más teóricas –agrega–, pero no faltan otras más prácticas. Son gente con conocimiento y experiencia en la materia. Nos ha sorprendido mucho a mí y a mis socios el grado de implicación y la pasión con la que trabajan». «A mí –relata otro– me ha servido mucho. Me ha introducido en aspectos como el financiero, el estratégico, el marketing, etc. Yo era muy técnico y ahora me siento un emprendedor empresario».

De las ocho que han concluido el programa en esta ocasión, dos de ellas, Smart Rural SLL y Atlas Innovative Engineering SL, han sido galardonadas «por su potencial» con los premios que patrocina la compañía CLH. Atlas ofrece soluciones innovadoras y de alta precisión para la mejora de la eficiencia en la inspección e inventariado en los sectores de utilities de energía, forestal y medio ambiental. Fue fundada por Rubén Garañeda, de 38 años, Tomás Cabezudo, de 51, y Diego Cuasante, de 40, en julio de 2014. «Volamos –explica Cuasante– en helicópteros o aviones y mediante sensores láser (escáneres en tres dimensiones) escaneamos los activos de nuestros clientes. Por ejemplo, escaneamos toda una línea eléctrica, que puede ser incluso de miles de kilómetros, con el fin de obtener en tres dimensiones la realidad que hay allí. Nos traemos ese material a la oficina para realizar trabajos de topografía de alta precisión y comprobar el estado de la infraestructura, así como su entorno para caídas en red o incendios forestales». Sus promotores provienen de una multinacional noruega que quebró. «A pesar de que no nos pagaron absolutamente nada, decidimos planificar nuestro futuro montando una empresa propia», comenta. «Tras el “shock’’ decidimos lanzarnos porque teníamos el mejor activo, el conocimiento, que es lo que más vale», apunta Cabezudo. Esperan cerrar 2015 con una facturación de medio millón de euros y ya han firmado contratos por valor de 1.250.000 euros.

Smart Rural, a cuyo frente esta Sergio Rodríguez González, un ingeniero agrícola que ha trabajado en empresas punteras, pone las herramientas tecnológicas más avanzadas al servicio de las explotaciones agropecuarias para que tengan las mismas oportunidades que las industrias. «Tenía ganas de trasladar al medio rural los proyectos de “smart city” que se están desarrollando en grandes ciudades», explica su promotor. «Realizamos análisis del riego a través de sistemas de detección del estrés hídrico de los cultivos en la Cuenca del Duero; instalamos sistemas remotos para el control de los pívot de riego, y dotamos de wifi a las explotaciones», asegura el empresario castellano-leonés.