Unión Europea

Diez años y dos billones después, la UE entierra la crisis

El 9 de agosto de 2007, BNP fue el primer banco europeo en admitir su exposición a las subprime

Pierre Moscovici aboga por usar el impulso económico para completar la reforma económica
Pierre Moscovici aboga por usar el impulso económico para completar la reforma económicalarazon

El 9 de agosto de 2007, BNP fue el primer banco europeo en admitir su exposición a las subprime.

Bancos más fuertes, unas finanzas públicas más saneadas gracias a un gasto más contenido, inversiones en ascenso y una tasa de paro en sus niveles más bajos desde 2008. Ese es el balance de la Comisión Europea tras diez años de una crisis que amenazó la propia supervivencia del proyecto europeo y que Bruselas enterró definitivamente ayer tras cinco años consecutivos de crecimiento. El efecto contagio de la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos saltó el charco el 9 de agosto de 2007, cuando el banco francés BNP Paribas se convirtió en la primera entidad europea en reconocer el impacto de su exposición a las mismas. La situación entonces se convirtió en una crisis bancaria y en una crisis de deuda pública que afectaba a la economía real, según recordó el Ejecutivo comunitario en un comunicado con motivo del aniversario. «En la adversidad, la UE y los estados miembros tomaron fuertes decisiones políticas para contener la crisis, preservar la integridad del euro y evitar posibles resultados peores», reza el texto.

Poco a poco fueron cayendo los rescates: primero Grecia, en mayo de 2010, en el que fue el primero de los tres programas de asistencia del país heleno; luego Irlanda, apenas un siete meses después; Portugal, en mayo de 2001, y Chipre, en marzo de 2013. Entre medias, España evitó el rescate apretándose el cinturón hasta extremos desconocidos desde la postguerra. Y con un programa de asistencia para el «saneamiento» del sistema financiero: una línea de crédito de hasta 100.000 millones de la que sólo se utilizaron 41.000. Italia sufrió lo indecible, aún lo hace, y los desequilibrios de Francia hicieron temer lo peor. Sin embargo, la acción conjunta de Bruselas (con los 225.000 millones del plan Juncker como ariete) y de Fráncfort, con la compra masiva de deuda europea por parte del BCE a razón de 60.000 millones de euros al mes (1,7 billones hasta junio de este año), lograron obrar el milagro. Por el camino, se perdió, eso sí, a Reino Unido. Quizá una oportunidad para acelerar la Unión Europea.

La Comisión Europea destacó el trabajo para regular el sector financiero, establecer marcos institucionales y legales fiables, poner en marcha un «cortafuegos» financiero para la eurozona, apoyar a los países con problemas, mejorar las finanzas públicas, adoptar reformas, combatir el desempleo juvenil y mejorar la supervisión bancaria, entre otras cuestiones.