La UE obligará a reducir un 30% las emisiones de coches

El objetivo es alcanzar la cota en 2030. La prensa alemana dice que la industria germana del motor ha rebajado la propuesta inicial del 35%.

La Comisión Europea propuso ayer impulsar los vehículos limpios y la transición desde el modelo tradicional de motores de combustión al coche eléctrico del futuro. Para conseguir este ambicioso objetivo, el Ejecutivo comunitario quiere impulsar una nueva legislación que establezca unos objetivos de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) para coches y furgonetas del 15 por ciento para 2025 y del 30% para 2030 en comparación con los niveles que se registren en 2021. Bruselas también ha establecido una meta intermedia para el año 2025 con un recorte del 15% con el fin de que la industria no posponga la transición de un modelo a otro. Una legislación que intenta cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, que obliga a reducir las emisiones de CO2 en al menos un 40 % de aquí a 2030.

El comisario de Energía y Acción Climática, Miguel Arias Cañete, defendió ante los medios de comunicación que los objetivos planteados por Bruselas son «ambiciosos y realistas» y están basados en «análisis sólidos» y tras haber consultado a un amplio abanico de partes interesadas, desde la propia industria a organizaciones no gubernamentales.

Pero nunca llueve a gusto de todos. Ya han comenzado las primeras críticas ante la sospecha de que la todopoderosa industria alemana del automóvil ha conseguido rebajar los estándares que inicialmente pensaba establecer la Comisión. Un tema de máxima sensibilidad política, después del varapalo que supuso para Alemania el escándalo de los motores diesel, en una industria que simboliza el «made in Germany». Según asegura el rotativo germano «Süddeutsche Zeitung», la propuesta inicial apuntaba a un objetivo más ambicioso del 25% para el 2025 y del 35% para el 2030. Preguntado por esta posibilidad de rebaja de estándares durante la rueda de prensa, el comisario español sostuvo que la Comisión Europea «tiene la obligación de escuchar a todo el mundo» y después, «con total independencia, establecer su propia solución». «En todos los asuntos importantes los grupos interesados son muy activos», reconoció el comisario Arias Cañete.

Para conseguir que los objetivos se cumplan, Bruselas propone un nuevo método de palo y zanahoria. Por el lado de la zanahoria, habrá ayudas multimillonarias que pueden llegar a los 1.000 millones de euros e instrumentos financieros específicos que faciliten la reconversión. Dentro del palo, las multas alcanzarán los 95 euros por cada gramo por encima del límite requerido y por cada nuevo vehículo registrado.

Bruselas, además, podrá supervisar las posibles discrepancias entre los resultados de emisiones en los test de laboratorio de nuevos vehículos y las emisiones registradas en situaciones de conducción en carretera. La Comisión Europea utilizará los datos de los medidores de consumo de combustible, obligatorios en todos los nuevos vehículos.