Unión Europea

Canadá da por perdido el acuerdo comercial con la UE aunque Bruselas aún ve margen

Jean-Claude Juncker
Jean-Claude Junckerlarazon

Bruselas ha dicho que no da por perdido el proceso y considera que no es el fin de las conversaciones para alcanzar el acuerdo de libre comercio.

Canadá se ha mostrado decepciona por el bloqueo del tratado comercial con la Unión Europea (UE) por la oposición de la región belga de Valonia, y su ministra de Comercio, Chrystia Freeland, ha considerado que es imposible lograr un acuerdo y ha dado por concluidas las conversaciones.

A pesar del revés, la Comisión Europea (CE) ha dicho que no da por perdido el proceso y considera que no es el fin de las conversaciones para alcanzar el acuerdo de libre comercio (CETA, según sus siglas en inglés) en el que ambas partes han trabajado durante siete años.

Después de reunirse con el ministro-presidente de Valonia, Paul Magnette, en la sede del Gobierno valón, Freeland, visiblemente afectada, ha anunciado "el fin y el fracaso"de las negociaciones y se ha declarado "muy decepcionada"ante una "oportunidad perdida".

"Canadá, y yo personalmente, hemos trabajado mucho pero es claro para Canadá que la UE es incapaz de alcanzar un acuerdo, incluso con un país con valores europeos como Canadá, incluso con un país tan amable y paciente como Canadá", afirmó.

"Hemos pasado el día aquí trabajando mucho con los valones y la Comisión para responder a las preocupaciones expresadas por los valones", añadió.

"Canadá está decepcionado, yo personalmente estoy muy decepcionada, he trabajado muy, muy duro. Hemos decidido regresar a casa. Estoy verdaderamente muy, muy triste. Mañana por la mañana, estaré en casa con mis tres hijos", continuó.

Tras las declaraciones de la ministra canadiense, fuentes del Ejecutivo comunitario han señalado que la CE "no considera que este sea el final del proceso que allane el camino a la firma del tratado comercial".

Las palabras de la ministra llegaban una vez terminada la cumbre de líderes de la UE, que entre los aspectos que ha abordado se encontraba el desbloqueo del CETA por la negativa de Valonia a aceptarlo.

En la rueda de prensa posterior a la cumbre, el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, informó de que la región belga de Valonia sigue rechazando el acuerdo, pero se mostró optimista y confió en lograr una solución "en los próximos días".

Juncker recordó también que en las últimas horas se han disipado las reticencias que mantenían sobre el mismo acuerdo Rumanía y Bulgaria, que pedían que Canadá levantara la necesidad de visado a sus ciudadanos.

Por otro lado, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que la oposición al texto de la región belga responde a cuestiones de "política interna"y no "internacional".

La negativa de Valonia ha dejado en el aire el viaje que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, tenía previsto realizar la semana próxima a Europa para celebrar la cumbre anual con la UE, durante la que tenía previsto firmar el CETA junto con los líderes europeos (el 27 de octubre).

Las autoridades canadienses todavía no han confirmado que el primer ministro viaje a la capital belga y Trudeau tampoco ha se ha pronunciado públicamente sobre la ruptura de las negociaciones en Bruselas.

No obstante, hace unos días, aprovechó la visita a Ottawa de su homólogo francés, Manuel Valls, para lanzar una clara advertencia a la UE: "En un mundo que está cada vez más dividido y asustado, este acuerdo aúna países que tienen intereses comunes. Es un nuevo estándar en libre comercio y también es el momento para que la UE decida de qué está a favor".

Ante un eventual fracaso "un acuerdo muy progresista"como el CETA y con un "país progresista"como Canadá, "¿con quién hará negocios Europa?", se preguntó el primer ministro.

El pasado 14 de octubre el Parlamento de la región belga de Valonia, la mitad francófona al sur de Bélgica, votó en contra del acuerdo.

El CETA ha generado rechazo de parte de la sociedad civil europea y canadiense por, entre otros puntos, incluir un sistema de tribunales al margen de la justicia de cada país para abordar posibles conflictos entre estados e inversores.

En Canadá ha destacado por su oposición el Consejo de los Canadienses, una organización que critica el secretismo de las negociaciones y la pérdida de soberanía del país.

El Ejecutivo canadiense defiende que se trata del tratado comercial más moderno y progresista de la historia y que permitirá al país norteamericano y a la UE aumentar un 20 % su comercio bilateral.EFECOM