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Draghi promete más estímulos si la crisis de China va a más

Mario Draghi, durante la rueda de prensa en Fráncfort.
Mario Draghi, durante la rueda de prensa en Fráncfort.larazon

El BCE, dispuesto a ampliar la compra de bonos más allá de septiembre de 2016 n Revisa a la baja el PIB y la inflación.

El programa de compra de deuda que el Banco Central Europeo (BCE) lanzó a principios de marzo amplía sus límites por emisión y se prolongará hasta que sea necesario. Así lo anunció ayer el presidente de la institución, Mario Draghi, en la primera rueda de prensa tras el paréntesis de verano, a la sombra de las turbulencias causadas por la crisis en los mercados emergentes.

La puerta para la compra de activos está más abierta que antes, ya que, aunque la cantidad permanece inalterada en 60.000 millones de euros mensuales, el consejo de la institución de Fráncfort decidió que ahora puede adquirirse hasta un 33% de la emisión de bonos, frente al 25% fijado anteriormente. También la fecha prevista de finalización del programa podría ampliarse «más allá» de septiembre de 2016 «si fuera necesario». Esto es, si no se llega al objetivo fijado de inflación por debajo, pero cercana al 2%, un dato que no se anima a acercarse al propósito, atendiendo al bajo 0,2 % actual.

Draghi ya había insistido en ocasiones anteriores en que el QE (el programa de compra de activos, según se le conoce por sus siglas en inglés), se trataba de una iniciativa muy «flexible» y lo hace de nuevo ahora, al tiempo que afirma que la institución que preside no se «fija límites» en su política monetaria.

En la esperada rueda de prensa presidida por Draghi en el día de su 68 cumpleaños, no faltó la nota desalentadora: el organismo financiero revisó a la baja el crecimiento, y también la inflación. Para este año, se augura un crecimiento del PIB del 1,4% en la zona euro, frente al 1,3% anunciado en junio, mientras que en 2016 se contempla una expansión del 1,7%, dos décimas menos que la anterior previsión.

También la inflación continúa sin subir al ritmo previsto, con un 0,1% esperado para 2015, bajando en dos décimas los datos de junio y augurando un crecimiento de hasta 1,1% en 2016, cuatro décimas menos que la cifra pronosticada antes de verano.

A paso lento

El banquero italiano explicó que estos datos más negativos se debían en parte a la caída de la demanda externa y se ven influidos por la agitación en los mercados emergentes, especialmente en China y Brasil, países que eran grandes impulsores del crecimiento de la economía mundial en los últimos años y atraviesan actualmente por graves problemas financieros. También el petróleo ha acentuado su caída.

Mario Draghi, prudente, reconoció que la recuperación de la economía en la eurozona «avanza a un ritmo más lento del que esperábamos», pero quiso remarcar que «sigue adelante».

El jefe del BCE habló sobre la incertidumbre de la situación, juzgando que es muy pronto para saber si la crisis en las bolsas emergentes es «temporal» y «permanente». Sin embargo, el banquero italiano sí insistió en la «voluntad, disponibilidad y capacidad para actuar» de la institución a la que representa, subrayando con determinación que el Banco Central Europeo hará todo lo necesario para apoyar la economía de la eurozona.

El reconocimiento tácito del BCE de que algo no va bien en la recuperación económica de la eurozona llegó poco después de que el Fondo Monetario Internacional advirtiera al G-20 de los riesgos de una caída en el crecimiento de la economía mundial han aumentado. En un documento preparado para la reunión que hoy mantendrán en Ankara los ministros de Finanzas del grupo el FMI habla del potencial peligro de un dólar más fuerte, de la depreciación de las monedas de los mercados emergente o de la caída de los precios de la materias primas. Los analistas del FMI advierten de que una materialización simultánea de algunos de estos riesgos implicaría un panorama mucho más débil.

Optimismo en España

España parece estar al margen de las últimas previsiones económicas. Así lo demuestra la confianza de los consumidores españoles que subió en agosto tres décimas, hasta situarse en 105,9 puntos, un nuevo máximo en la serie, de acuerdo con el indicador publicado ayer por el Centro de Investigaciones Sociológicas

El CIS ha explicado que la mejor valoración de la situación se debe a una percepción más optimista de la situación de los hogares y el empleo, que aumentan en 3,1 y 2 puntos, respectivamente.