«El equipo y su implicación explican nuestro crecimiento a dos dígitos»

Miguel Ángel López no ha aprendido en ninguna universidad, ni en ninguna escuela a ser director general de una empresa en nuestro país, en concreto de una multinacional. Su formación es meramente técnica, pero sus vivencias en casa han sido decisivas. Allí tuvo la oportunidad de ser testigo de cómo se administra un negocio y de asumir espontáneamente una vocación que tenía muy enraizada en su interior. Su formación no es, ni mucho menos, la convencional.

– ¿Cómo aprendió a gestionar?

– Es un gen que me transmitieron mis padres. Ellos tenían negocios y los vivíamos en familia con total naturalidad.

– Sí, pero esas habilidades y competencias propias de un directivo... ¿Dónde las ha adquirido?

– A base de experiencia. Ha sido el propio trabajo –con mucha dedicación y sacrificio– el que me ha ido enseñando. Vendí libros de Planeta recién aterrizado en esta ciudad (Madrid), una tarea nada fácil que me obligó a aprender la psicología de las personas, materia que probablemente no te enseña un máster. Luego, en Murprotec fui poniendo en práctica todas esas experiencias previas primero como técnico comercial, después como director regional y, posteriormente, como director general de España y Portugal.

– ¿Esa promoción interna que usted vivió en sus propias carnes sigue existiendo en Murprotec?

– Precisamente, la clave de su éxito y de que Murprotec tenga cifras de crecimiento de dos dígitos, estriba precisamente ahí. Lo tengo muy claro, funciona perfectamente y da buenos resultados. Su filosofía, quizá más acentuada en estos últimos tiempos, es que cada trabajador tenga un cometido del que responde él y sólo él. Esta idea suena muy bien, pero además de decirlo hay que llevarlo a cabo y, además, hacer que se sienta partícipe del proyecto. Se palpa la ilusión. Todos vamos con ánimo a desarrollar la tarea encomendada. Aquí tan importante es una teleoperadora como el responsable de Marketing o el director general. Esa pasión por el trabajo hace que toda la cadena funcione.

– ¿Cómo lo consiguen?

– A través de diversas actuaciones. Promovemos numerosos cursos y talleres y tratamos de que las personas se sientan partícipes de nuestros logros. Ellos deben sentirse exitosos porque lo transmitimos. Nuestra empresa transmite sus éxitos a todos sus trabajadores.

– ¿Qué otro secreto explica que Murprotec haya conseguido un liderazgo en España y Europa?

– Nuestros tratamientos son sólo tres, pero muy buenos. Somos especialistas en otras tantas patologías de las humedades estructurales, la de la capilaridad, la condensación y la infiltración lateral.

– ¿Y descartan especializarse en alguna patología más?

– El código de construcción en España contempla unas soluciones, mal llamadas así, que no son válidas. Estamos volcados en persuadir, a través de colegios y organizaciones, a los profesionales de la construcción de la importancia de la diagnosis de este tipo de afecciones y en informarles de los tratamientos propios de cada una. Es más, no tiene ningún sentido que en los programas del Grado de Arquitectura o en los másteres no se aborden estos problemas tan comunes. Existe mucho desconocimiento.

– Ustedes que están en más países y tienen más puntos de referencia, ¿cómo se construye en España? ¿Mejor o peor?

– Se edificó muy mal en la época del boom inmobiliario de las década de 1960, 1970 y 1980. Después, ha ido mejorando pero aun así... El dilema estriba en que el código técnico no contempla estos fallos estructurales. En el fondo, es una carencia formativa.

– ¿Qué les falta para conseguirlo en el resto del mundo?

– La estrategia es ir consolidando poco a poco nuestra presencia. Ahora, vamos a reforzarnos en Andalucía con otra oficina en Málaga. Lo nuestro es dar pequeños pasos pero firmes.

– Dicen que en el mundo empresarial lo más importante no es llegar sino mantenerse. ¿Cómo lo hacen?

– Trabajando bien. No existe otra vía. El cliente siempre ha sido exigente, lo que pasa es que en los últimos tiempos tiene más medios para comparar. La consecuencia es que el proceso de decisión ahora dura más. Las herramientas digitales son imprescindibles para conseguir una posición y una imagen de marca buenas.

– ¿Es dura la competencia en este sector?

– Sí porque alguna no es sana, ya que sus informaciones y compromisos no son reales y faltan a la verdad. Es un incordio con todo lo que hay que hacer para mejorar tener que dedicarse, con más frecuencia de la que quisiéramos, a hacer de policías y ver qué hacen y prometen otros.

– ¿La crisis ha dejado mucho rastro en los inmuebles de nuestro país?

– Claro. No estaba entre las prioridades de los ciudadanos. Lógico si las finanzas familiares eran tan apretadas. Es una pena que en muchas ocasiones no se le dé la importancia que realmente tiene. Las humedades pueden derivar, a veces, en problemas graves de salud, y la gente no lo sabe.

– ¿Se nota la recuperación?

– El incremento en clientes este año es de un 7% con respecto al año pasado. También es cierto que Murprotec cada año invierte más en publicidad, pues tratamos de llegar a todos los grupos que han de abordar este errores estructurales.

Garantía de hasta 30 años

Esta empresa franco-belga, fundada en 1954 y con sede social en Bruselas, tiene presencia en España desde el año 2000. Líder europeo y referente mundial en soluciones definitivas contra las humedades estructurales, sobre todo las ocasionadas por problemas de condensación, capilaridad y filtraciones laterales. Murprotec tiene una media anual de 9.000 actuaciones en todo tipo de edificios, casas y sótanos particulares, grandes obras para estudios de arquitectura y la administración, además de monumentos histórico-artísticos como iglesias, monasterios o conventos. Dispone de 34 delegaciones en siete países de Europa (España, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Italia y Portugal) y de un equipo de más de 300 técnicos profesionales. Su gran valor diferencial es la garantía de hasta 30 años en sus tratamientos.

EL PERFIL

Miguel Ángel López, natural de Santurce (Vizcaya), se considera «un solucionador de problemas». Llegó a la Dirección de Murprotec después de haber tenido responsabilidades comerciales y técnicas. Se incorporó a la empresa hace más de 14 años y, por tanto, ha sido testigo de su positiva evolución. Delineante industrial, su primer trabajo fue vender libros a puerta fría «cuando llegué a Madrid de jovencito y tenía que subsistir. Fue una escuela impresionante. Allí adquirí la veta mercantil que tengo».