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Grecia

El Gobierno griego aclara que quiere llegar a un acuerdo hasta el domingo

Tsipras (4-i), mantiene una reunión con su viceprimer ministro, Yanis Dragasakis (3-i), y sus homólogos de Finanzas, Yanis Varufakis (i), y de Economía, Infraestructura, Marina Mercante y Turismo, Yorgos Stathakis (d); en Atenas, hoy.
Tsipras (4-i), mantiene una reunión con su viceprimer ministro, Yanis Dragasakis (3-i), y sus homólogos de Finanzas, Yanis Varufakis (i), y de Economía, Infraestructura, Marina Mercante y Turismo, Yorgos Stathakis (d); en Atenas, hoy.larazon

Atenas anuncia un acuerdo en el que acepta subir el IVA y reducir las prejubilaciones.

El portavoz del Gobierno griego, Gavriil Sakelaridis, aseguró hoy que el objetivo del Ejecutivo es alcanzar un acuerdo hasta el domingo y aclaró que Grecia no ha iniciado la redacción de un pacto con sus acreedores. "No estamos redactando ningún acuerdo. El equipo que negocia en el Grupo de Bruselas trabaja para concluir el acuerdo y nuestro objetivo es lograrlo hasta el domingo", afirmó Sakelaridis en la rueda de prensa bisemanal.

El Gobierno heleno anunció este miércoles que el Grupo de Bruselas iba a iniciar la redacción de un principio de pacto a nivel técnico, algo que los acreedores negaron, pues indicaron que el progreso en las conversaciones no era tan significativo como para iniciar la elaboración de un acuerdo.

El portavoz señaló que el "optimismo"del Gobierno de Alexis Tsipras "se apoya en el progreso efectuado"en las negociaciones con las instituciones, formadas por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El principio de acuerdo respetaría las últimas «líneas rojas» del Ejecutivo izquierdista: ni recorte de pensiones y salarios, superávit más bajo, así como contemplar la reestructuración de la deuda a largo plazo.

El acuerdo marco proporcionaría niveles más bajos de superávit primario para los próximos años (excluido el pago de los intereses de la deuda), como solicitaba el Gobierno heleno. En un principio, Grecia debía alcanzar el 3% anual, mientras que el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, batallaba por lograr un superávit por debajo del 1,5%, y las últimas estimaciones apuntaban que apenas alcanzaría un 0,8% debido a los problemas económicos en el primer semestre del año. Según un documento de trabajo de la Comisión Europea filtrado por «To Vima» la semana pasada, los socios europeos habrían ofrecido un superávit primario del 0,75% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2015; del 2% en 2016; y del 3,5% en 2017 y 2018.

Por otro lado, el primer ministro, Alexis Tsipras, conseguiría evitar el recorte de salarios y pensiones, sus dos principales objetivos. En contrapartida, el Ejecutivo griego se compromete «a iniciar un diálogo y un estudio sobre la viabilidad del sistema de seguros del país». Esto es, reformar el sistema de subsidios para reducir las jubilaciones anticipadas –manteniendo la edad para retirarse– y consolidar el sistema de Seguridad Social. Los acreedores insistían en la adopción de la llamada «cláusula del déficit cero», que pondría fin a los subsidios estatales para los fondos de pensiones.

Con el objetivo de acabar con las medidas recesivas y obtener una «orientación redistributiva», la parte griega apuesta por reformar el IVA, aunque sin aplicar una subida excesiva de ese tributo que permita ingresar 1.800 millones anuales, como barajó ayer el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en una entrevista a la agencia de noticias alemana MNI. La última propuesta de Atenas consistía en establecer tres tasas: del 7%, 14% y 23%, mientras que las instituciones proponen dos coeficientes del 10% y el 23%. Asimismo, los acreedores rechazaron la idea de Varufakis de ofrecer descuentos en ese impuesto en las compras con tarjeta de crédito. En cualquier caso, las modificaciones en el IVA deberían aportar ingresos adicionales de entre 500 y 1.000 millones de euros, según cálculos del diario «Kathimerini», para cubrir el agujero fiscal de 2015.

El pacto conllevará, además, una «solución de alivio de la deuda» a largo plazo, así como un «paquete de desarrollo» para el país. Es decir, la previsión de una renegociación de la deuda en los próximos meses, como ha reclamado Atenas estas últimas semanas.

Por otra parte, la misma fuente gubernamental apunta que la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de no aumentar la línea de asistencia a la liquidez (ELA) para los bancos griegos significa una señal de la estabilización en la retirada de depósitos. La banca europea decidió en su reunión semanal de ayer mantener en 80.200 millones el tope del ELA para el sector bancario griego, después del frenazo de la fuga de capitales. En los últimos días se retiraron unos 100 millones diarios, según estimaciones, pero el martes se disparó hasta los 300 millones.

El documento de una página filtrado por un alto funcionario del Gobierno heleno a la prensa también asegura que a partir de ahora habrá un contacto permanente entre Tsipras y los líderes europeos para facilitar el acuerdo. No obstante, la fuente reiteró, como ya hiciese Varufakis, que el retraso en las negociaciones se debe a que «las instituciones tienen posturas distintas». Mientras que los socios europeos son partidarios de un final rápido este mismo mes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) quiere «un enfoque integral, y no un trabajo rápido y mal acabado». Una postura que, según Atenas, imposibilita cerrar el trato.

En ese sentido, el secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew, instó al FMI a mostrar más flexibilidad con Grecia, según informó la prensa local, en una conferencia previa a la reunión del G7 en Dresden (Alemania). El diario heleno «Ta Nea» indicó que la canciller alemana, Angela Merkel, también hizo esa petición al Fondo durante la última Eurocumbre en Riga. Por su parte, Varufakis rectificó ayer las últimas declaraciones del Gobierno sobre un posible impago al Fondo el 5 de junio. Resuenan los tambores previos a un acuerdo, al menos a nivel técnico. Ahora sólo falta la voluntad política.