Hacienda

El IRPF recauda el 40% de los ingresos tributarios

La recaudación por este impuesto se incrementará en 5.611 millones de euros, según los PGE
La recaudación por este impuesto se incrementará en 5.611 millones de euros, según los PGElarazon

Los Presupuestos Generales del Estado contemplan para este año un crecimiento de la recaudación que triplica al del ejercicio pasado. Y de los 200.963 millones de euros que prevé ingresar Hacienda en 2017, 78.027 millones de euros corresponderían a la «caja» del IRPF. Es decir, un 38,83% del total.

Se trata del impuesto que más aporta a las arcas públicas. Sin embargo, la mayoría de la recaudación del IRPF no se obtiene en la campaña de Renta, sino que se registra durante todo el año. Las cantidades que detraen bancos y empresas a los contribuyentes las ingresan mes a mes, o trimestre a trimestre, en la caja del Estado, a nombre de la persona a quien se le ha retenido. Y es al hacerse la declaración cuando se realizan los cálculos.

La recaudación del impuesto, pues, no se focaliza en esta campaña, sino que se va produciendo a lo largo del ejercicio. De hecho, como hay más declaraciones a devolver que a ingresar, la campaña de Renta supone que Hacienda reembolse mucho más dinero del que recauda. Así, la brecha en 2015 fue de 2.030 millones; en 2016, de 2.266 millones; y este año, según las previsiones, será de 2.661 millones.

Es decir, que si Hacienda suprimiera la campaña de Renta se ahorraría el pago de más de 2.000 millones. Este sistema era el que regía en España antes de 1978, que se basaba en una retención en origen, de carácter definitivo y no a cuenta de la declaración, como está establecido ahora. «Indudablemente, el sistema actual es mucho más justo, ya que permite personalizar el impuesto a través de las deducciones, por lo que los españoles deberíamos ver la campaña de Renta como algo muy positivo, pues supone una ‘‘lluvia’’ de dinero para varios millones de contribuyentes», asegura Ransés Pérez, inspector de Hacienda del Estado.

Objetivo cumplido

España está sometida a un protocolo de déficit excesivo, lo que nos obliga a mantener una senda de estabilidad presupuestaria en la que los ingresos deben financiar los gastos. Por lo tanto, para reducir el déficit o se aumentan los ingresos o se reducen los gastos. Y lejos del debate político que implica tomar las decisiones sobre el destino de la recaudación, lo cierto es que el volumen de ingresos del IRPF, al representar casi el 40% del total, resulta esencial, por su magnitud, para cumplir con Bruselas. «Una bajada en este impuesto obligaría a obtener ingresos de otras vías, lo que no es siempre fácil, ni aconsejable, por los efectos que puede tener», apostilla Pérez.

Más allá de su importancia cuantitativa, el IRPF es un impuesto personal que permite discriminar de forma minuciosa qué rentas gravar, a qué contribuyentes, y qué incentivos establecer para que el tributo sea equitativo. Pérez considera que el hecho de haber introducido en la liquidación del impuesto la deducción por maternidad o las deducciones para familias numerosas y discapacitados, y haberlos configurado como impuestos negativos, «hace de la declaración del IRPF un instrumento de política social muy importante y valorado». De igual modo, el inspector de Hacienda del Estado opina que la campaña de IRPF conlleva un momento de reflexión sobre la labor que realiza la Agencia Tributaria. «Supone poner en valor principios como el de justicia fiscal, el de que todos contribuyamos a sostener los gastos de acuerdo a nuestra capacidad económica, dando ejemplo y declarando», sostiene.

Si el Gobierno estimó hace tan sólo unos meses recaudar en 2016 por IRPF 72.662 millones de euros, finalmente ingresó 72.416 millones. O lo que es lo mismo, 246 millones menos de los previstos. Pero la recaudación en los dos primeros meses del año ha sido un 4% superior a la de 2016, lo que invita al optimismo en relación al cumplimiento del déficit. Al menos, por la parte de los ingresos. Asimismo, el desajuste de las cuentas públicas cerró 2016 en el 4,33% del PIB, tres décimas por debajo del objetivo marcado por Bruselas, allanando el terreno para lograr reducirlo hasta el 3,1% fijado para este año.