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Grecia amenaza a los acreedores con el impago de 1.500 millones al FMI

La Razón
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Grecia amenaza a los acreedores con el impago de 1.500 millones al FMI

Grecia no podrá realizar el próximo pago al Fondo Monetario Internacional (FMI) fechado para el 5 de junio, a menos que los acreedores desembolsen la ayuda pendiente. Atenas busca con urgencia sellar un acuerdo a finales de mes ante el riesgo de impago, un escenario que el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaüble, aseguró ayer que «no se puede descartar».

«Ahora es cuando las negociaciones llegan al momento de la verdad, el 5 de junio», espetó el portavoz parlamentario de Syriza, Nikos Filis, quien reconoció que «si no hay acuerdo que reconduzca los actuales problemas de liquidez, ellos no van a recibir ningún dinero», en alusión al próximo pago al FMI por valor de 300 millones de euros. Grecia tiene que devolver un total de 1.500 millones al Fondo el próximo mes.

Además, el portavoz izquierdista reiteró la amenaza de que el Gobierno heleno pagará antes pensiones y salarios que sus compromisos de deuda. «No hay dinero para los acreedores cuando ellos no nos han dado fondos durante un año», por eso «no tenemos que hacer el pago», declaró Filis a la cadena de televisión helena Skai.

Acuerdo el 3 de junio

El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, informó a su gabinete de que el Gobierno estaba pujando por lograr un acuerdo el próximo 3 de junio, pacto que permitiría recibir 7.000 millones de euros del rescate pendiente, según el diario Kathimerini. En ese sentido, Tsipras acudirá hoy a la Eurocumbre de máximos mandatarios europeos en Riga con la intención de promover la voluntad política para desbloquear el estancamiento de las negociaciones y forzar la convocatoria de un Eurogrupo extraordinario la semana que viene.

Tras el aparente consenso sobre los retoques en el IVA, las últimas trabas corresponden a las cuestiones laborales y de las pensiones. Otro de los escollos, el superávit primario, podría incluirse entre las concesiones de los acreedores. Según un documento de trabajo de la CE filtrado por el portal To Vima, los socios europeos habrían ofrecido un superávit primario del 0,75% del producto interior bruto (PIB) en 2015; del 2% en 2016; y del 3,5% en 2017 y 2018, cuando sólo para este año se situaba en el 3%.

Ante esos avances, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Mocovici, consideró «factible» un acuerdo, pero reconoció que «todavía queda mucho camino». Sobre un posible impago, Moscovici aseguró que «el Gobierno griego ha mostrado que puede ser creativo para pagar a sus acreedores». Atenas se ha visto obligada a impulsar diversas iniciativas para obtener liquidez, como el pago en 100 plazos, la amnistía fiscal o el decreto para recibir fondos de reserva de las empresas públicas.

Ese desgaste financiero y político del Gobierno de Syriza ha hecho que Tsipras vuelva a traer a la palestra el tema de la renegociación de la deuda, pues el acuerdo a corto plazo para lograr los 7.200 millones de euros tan sólo servirá para cumplir con los pagos a los acreedores hasta septiembre. El ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, insistió esta semana en la necesidad de reestructurar la deuda, un objetivo que Filis colocó ayer entre las aspiraciones de Grecia frente a los socios.

Ante esa incertidumbre política y la falta de liquidez, la agencia de calificación crediticia Moody’s advirtió ayer de que «muy probablemente» se efectuarán tanto el control de capitales como la congelación de depósitos en Grecia en el plazo de un año. La firma señaló que la fuga de depósitos de más de 30.000 millones de euros desde diciembre de 2014 ha hecho que los bancos helenos sean cada vez más dependientes del Banco Central Europeo.