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La banca supera los test de estrés, ¿y ahora qué?

Luis María Linde, gobernador del Banco de España, valora los test de estrés.
Luis María Linde, gobernador del Banco de España, valora los test de estrés.larazon

Pese a que la tendencia del crédito será positiva, los expertos de Bravo Capital no piensan que los préstamos a empresas se vayan a disparar.

El Banco Central Europeo (BCE), por fin, dio a conocer la pasada semana las notas de los temidos test de estrés, exámenes que tenían como objetivo medir la solvencia de las 130 entidades más importantes de la zona euro. La banca española ha superado la prueba con nota, por lo que inevitablemente surge la pregunta ¿y ahora qué? La necesidad de sanear sus balances y mejorar sus bases de capital ante las pruebas europeas era una de las razones que subyacía a la política de cautela en lo que a la concesión de crédito se refería. Pese a que las entidades españolas han pasado la evaluación, no parece muy probable que la situación vaya a dar un giro de 180 grados, y que, ahora, de la noche a la mañana, la banca vuelva a conceder de forma masiva crédito a particulares y empresas.

Más bien todo apunta a que mantendrá sus actuales políticas, aunque no hay duda de que el hecho de haber pasado las pruebas unido a las políticas monetarias expansivas hará que la tendencia del crédito sea positiva.

De momento, la banca está ofreciendo más líneas de crédito a sus clientes ya existentes, y especialmente a sus clientes más solventes y, por tanto, siguen existiendo muchas empresas donde la financiación no llega. Sin embargo, ni los buenos clientes ni otros posibles se librarán de la carestía de recursos si en un futuro se producen hechos que lleven a los bancos a endurecer el acceso a financiación.

La política crediticia de la banca depende de numerosos factores que, en muchas ocasiones, escapan de su control, como es la regulación del sistema financiero, las políticas de supervisión, los riesgos geopolíticos, las políticas monetarias... todos ellos factores que inciden muy directamente en la concesión de créditos, además de sus propias situaciones particulares y estrategias corporativas. Y pensando en la situación concreta de las empresas, la eurozona coquetea con una nueva recesión, la economía brasileña –el hasta ahora motor de la economía de América Latina– está plagada de incertidumbres, y China y Estados Unidos están creciendo por debajo de los previsto. Esto puede afectar sin duda al crecimiento de las empresas y, por tanto, a su acceso al crédito, si sus expectativas de generación de caja y beneficios cambian.

«Es importante recordar que la banca tiene actualmente liquidez para prestar, pero considera que muchas de las empresas que demandan crédito no son “demanda solvente”, por eso, a pesar de haber aprobado los test de estrés no pensamos que el crédito a empresas se vaya a disparar», asegura Mar Turrado, directora general de Bravo Capital.

Uno de los motivos que llevan a pensar que la banca tiene liquidez y no está por la labor de prestar «alegremente» sus fondos es el hecho de que de los 400.000 millones que el BCE puso a disposición de la banca europea a través de la línea TLTRO, las instituciones apenas tomaron fondos por el 20% de este importe.

Ante este panorama, y en un momento como el actual, en el que las empresas españolas tienen interés en crecer e invertir, es cada vez más necesario, en opinión de los expertos de Bravo Capital, que las compañías tengan varios proveedores de recursos financieros.

Si la economía española mantiene o incrementa su ritmo de crecimiento actual, la demanda de financiación será mayor, por lo que una banca cada vez más concentrada –en España las entidades han pasado de 45 a 15 en menos de una década– no podrá atender previsiblemente en su totalidad toda la demanda.

Por este motivo, han irrumpido en España varios agentes, que ofrecen financiación alternativa a las empresas, entre ellos Bravo Capital, una sociedad dotada con 400 millones de euros, para apoyar el crecimiento empresarial con financiación directa, «factoring» y «confirming». También compran cuentas a cobrar de administraciones públicas.

Aunque la financiación alternativa es un fenómeno todavía incipiente en nuestro país –frente a naciones como Estados Unido, donde el 70%-80% de la financiación empresarial es no bancaria–, los empresarios españoles son cada vez más conscientes de la necesidad de encontrar vías alternativas y complementarias a la financiación tradicional para grantizar su crecimiento.

► La banca española supera con éxito los test de estrés. Aunque la tendencia del crédito será positiva, no es muy probable que los préstamos a empresas se disparen.

► Las entidades están ofreciendo de momento líneas de crédito a sus clientes más solventes. Continúan existiendo muchas empresas a las que no llega la financiación.

► La política crediticia de los bancos depende de muchos factores que escapan de su control. Ningún cliente está a salvo de una posible carestía de recursos.

► Bravo Capital recomienda a las sociedades que dispogan de varios proveedores de recursos financieros. Los empresarios son cada vez más conscientes de esta necesidad.