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«La lucha y la innovación continuas forman parte del estado natural del empresario»

«La lucha y la innovación continuas forman parte del estado natural del empresario»
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Roberto García es el padre de Castilla Termal, un grupo especializado en hoteles balnearios de calidad asentados en edificios históricos. Empezó en 2003 y ya cuenta con cuatro –Olmedo, El Burgo de Osma, Monasterio de Valbuena y Solares–, y se está preparando para dar el salto al exterior. Su desarrollo se ha producido en medio de la fuerte crisis.

– ¿Cuándo descubrió su vocación de empresario?

– Desde niño. Con 8 o 9 años hacía pequeños negocios en mi pueblo, Olmedo. Por ejemplo, cuando un pastor no podía criar un corderito, me encargaba yo de cebarlo y, cuando estaba a punto, se lo vendía a la carnicería. Mis padres me abrieron, por entonces, una cuenta en el banco donde ingresaba el dinero que iba ganando. Por tanto, no sólo siempre he sido consciente de esa inclinación, sino que en todo momento la he puesto en práctica porque, al margen de mi trabajo cuando era un mero asalariado, siempre he desarrollado iniciativas por cuenta propia.

– ¿Es muy difícil ser empresario en nuestro país?

– No. Es cuestión de planteárselo y ponerse manos a la obra. Se trata de salir de tu zona de confort y lanzarte al vacío. Recuerdo que cuando empezamos, algunas veces me daba vértigo y siempre le decía a mi mujer: «No te preocupes, siempre nos quedarán las dos manos para continuar trabajando». Nunca hay que tener miedo y constantemente se debe renovar la ilusión.

– Hasta que consiguió el primer éxito, ¿cuántos fracasos tuvo?

– Siempre se tienen reveses. Yo he hecho muchas cosas que se han quedado en nada, pero a la postre, la vocación empresarial tira más y si se continúa peleando, los frutos llegan con el tiempo. La lucha y la innovación continuas forman parte del estado natural del verdadero empresario. Es apasionante y enriquecedor porque es un privilegio crear y generar riqueza no sólo para ti y los tuyos, sino para toda la sociedad. Es complicado. Los sinsabores son muchos, pero compensan.

– ¿Cuál es el concepto de hotel que llevó en 2003 a poner la primera piedra de Castilla Termal en 2003?

– El objetivo era ser distinto a la oferta entonces existente, que ya era enorme y variada. Pensamos que no podíamos entrar en el mercado y competir con las grandes cadenas con un hotel de ciudad, sino que teníamos que ser rompedores y ceñirnos a un sector, como es el termal, en el que estaba inmerso en ese momento y del que me consideraba un conocedor. Por tanto, el desafío era diseñar y desarrollar en este ámbito un concepto nuevo. Y, así, apostamos por un edificio histórico, un convento del siglo XII, y un termalismo de calidad abierto, además de a la salud, a campos como el del ocio, la belleza, el relax, la gastronomía o el ejercicio físico en contraposición con el termalismo social del momento. A estas señas de identidad, añadimos otro parámetro importante, la ubicación. Un emplazamiento cómodamente accesible para los grandes mercados. Olmedo, desde luego, cumplía ese requisito, ya que se encuentra a hora y media de Madrid.

– ¿Se puede decir que usted y su grupo han reactivado este tipo de turismo en España?

– Hemos ayudado a proyectar y desplegar un termalismo de calidad para un público heterogéneo. Hemos marcado tendencia y creado un concepto exportable.

– ¿Cuál es la principal innovación que ha aportado Castilla Termal?

– Castilla Termal inventa continuamente. Ha cambiado la concepción del termalismo, pero también en el sistema energético o la gastronomía, basada en el producto de la tierra y una elaboración muy cuidada, y desayunos saludables y placenteros.

– ¿Conseguir financiación cuesta mucho?

– Es tortuoso, pero te acabas acostumbrando. Ha habido una época muy difícil en este país para que te prestasen dinero. Si el proyecto es bueno y sus bases son sólidas. Claro, estamos en un mundo en el que no se regala nada y en el que hay que luchar por todo.

– ¿Se puede replicar en el interior de España el modelo turístico de sol y playa?

– Creo que sí, que ese turismo interior tiene un potencial enorme, pero hemos de saber llegar a los mercados internacionales para lo que se necesita un apoyo institucional fuerte.

– Tiene ya el ojo puesto en el extranjero. ¿En qué país podría debutar Castilla Termal?

– No me gustaría aventurar. Estamos barajando varias alternativas en Europa y América. No creo que tardemos mucho en tomar una decisión. Pronto viajo a Surámérica para estudiar varias ideas.

– ¿Es difícil atraer clientes extranjeros para productos como los suyos?

– Lo estamos consiguiendo, aunque no al ritmo que nos gustaría. Es complejo, caro y lento. Nosotros tenemos buenas armas, pues ofrecemos unos servicios excelentes en una instalaciones radicadas en edificios históricos. ¡Ojalá fuera mayor el apoyo de las administraciones!

EL PERFIL

El director general y principal accionista de Castilla Termal es un empresario moderno. Sobrio y sencillo como los castellanos viejos, Roberto García se define como «una persona normal, inquieta y con muchas ganas de hacer cosas nuevas». Un disfrutón con su trabajo que fue cocinero antes que fraile. Ha trabajado de recepcionista a director en distintos hoteles, entre ellos en los balnearios de La Toja y Mondariz.