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La UE acorrala a Grecia e impone sus condiciones para librarla de la quiebra

Los acreedores se niegan a apartar al FMI, como pedía Atenas, y a firmar un acuerdo parcial. Grecia cree que el pacto se sellará en diez días

La Razón
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Los acreedores se niegan a apartar al FMI, como pedía Atenas, y a firmar un acuerdo parcial. Grecia cree que el pacto se sellará en diez días

El acuerdo llegará «en diez días», según el Gobierno heleno, pero bajo las condiciones que impongan los acreedores. El primer ministro, Alexis Tsipras, no habría conseguido ninguno de sus objetivos en la Eurocumbre de Riga: ni apartar al Fondo Monetario Internacional (FMI) de un posible tercer rescate, ni aplazar las negociaciones hasta otoño.

Pese a la cordialidad mostrada tras las «constructivas» conversaciones entre Tsipras, la canciller Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, las instituciones han vuelto a reforzar sus posturas más severas ante la llegada inminente de un acuerdo. Los líderes europeos dejaron claro ayer que no habrá firma sin la aprobación del FMI. «El acuerdo debe concluirse con las tres instituciones (troika)», señaló Merkel. El organismo internacional posee la mitad de los 7.200 millones de euros pendientes del último tramo del rescate que Atenas espera desbloquear para salir de su crítica situación financiera.

Una de las aspiraciones de Atenas consistía en apartar al Fondo –el acreedor más duro– de futuros acuerdos. La propia presidenta del organismo, Christine Lagarde, reafirmó ayer su posición al asegurar que «debe haber un acercamiento completo, no un juego rápido y sucio», sobre el transcurso de las negociaciones. El diario británico «Financial Times» señaló que lograr la aprobación del FMI antes del 5 de junio «complica significativamente» llegar a un acuerdo a tiempo. El Gobierno griego anunció que no podrá afrontar el vencimiento de 300 millones de euros por un préstamo de esa misma entidad programado para esa fecha.

Para sortear el impago, Tsipras apostaba, según la prensa local, por sellar un «mini-acuerdo» ahora para prorrogar el rescate y así aplazar las «grandes» negociaciones –con las discusiones sobre reforma laboral y recorte de las pensiones– hasta otoño. No obstante, el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Valdis Dombrovskis, desechó ayer esa posibilidad al afirmar que «el principal escenario de trabajo es completar el actual rescate que expira en [el 20] de junio».

Los líderes europeos volvieron a presionar a Tsipras en Riga para hacer más esfuerzos con el fin de completar esos plazos. El presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, recordó al primer ministro heleno las áreas donde debe haber más progresos, según indicaron fuentes comunitarias a Efe, en referencia a temas como los mercados de servicios y productos y la reforma del mercado laboral, una de las líneas rojas de Atenas.

Hollande instó al Gobierno griego a «dar el máximo de información sobre sus reformas» para llegar a un acuerdo «lo más sólido posible» a fin de «facilitar las discusiones posteriores». Asimismo, Merkel expresó la necesidad de «trabajar intensamente», pues «todavía queda mucho por hacer». Según el rotativo «FT», Tsipras respondió que el retraso fue necesario para asegurar el apoyo político en casa, donde el ala radical de Syriza amenaza con una «ruptura» con los acreedores.

El representante de la facción más crítica de los izquierdistas, el ministro de Reforma Productiva, Energía y Medioambiente, Panayotis Lafazanis, volvió a insistir en que no apoyará ningún pacto sobre la deuda que no sea compatible con las promesas electorales de Syriza. Las voces disonantes en el seno de la formación han aumentado notablemente esta semana, según las filtraciones a la Prensa local sobre la última reunión del comité central.

También aprieta el núcleo duro de los acreedores. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, barajó, aunque sin apoyar, la posibilidad de implantar una moneda paralela en Grecia, según informaron «personas del entorno» a Bloomberg.

Schäuble, representante del ala más dura del Gobierno alemán y en Europa, no descarta una salida del euro, al reconocer que su gabinete «se prepara para cualquier escenario posible».

Por su parte, el ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo, prometió a Tsipras enviarle por escrito «la receta Rajoy» para salir de la crisis. «Le animé a imitar un poco lo que ha hecho el pueblo español, que hace tres años estaba en una situación tan delicada y tan difícil como el pueblo griego. Pero gracias al esfuerzo hoy somos los que más crecemos en toda Europa y los que más empleo estamos creando», señaló Margallo.