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Rusia gasta en defensa dos puntos más en proporción a su PIB que la OTAN

63.700 millones de euros fue el presupuesto ruso de Defensa en 2015

Las relaciones entre la Alianza Atlántica y Moscú son hoy en día propias de una Guerra Fría
Las relaciones entre la Alianza Atlántica y Moscú son hoy en día propias de una Guerra Fríalarazon

Mientras que el gasto militar de la Alianza Atlántica es del 2,43% del PIB, el del Kremlin alcanza el 4,5%.

Si el gasto militar de la OTAN es del 2,43% del PIB, el de Rusia alcanza el 4,5%. De hecho, el presupuesto del Ministerio de Defensa ruso escaló en 2015 hasta los 63.700 millones de euros, sólo superado por el de EE UU, China y Arabia Saudí.

Pero Rusia no sólo gasta en defensa dos puntos más en proporción a su PIB que los países de la Alianza Atlántica, sino que resulta más eficaz porque puede poner ese dinero en funcionamiento en cualquier momento. Y es que pese a que el gasto militar ruso pueda parecer pequeño en comparación con el del conjunto de miembros de la OTAN, los europeos van cada uno por su cuenta en temas de defensa. Sin embargo, más importante que el gasto es la voluntad política de actuar, mucho mayor en el caso de Rusia.

En el Kremlin se sienten cómodos usando la tensión militar. La OTAN, por mucho que insista Moscú, es una organización defensiva cuya fortaleza radica en el principio de que un ataque contra uno es un ataque contra todos. Pero no representa ninguna amenaza para Rusia, donde saben que no hay nadie en Europa pensando en atacarles. Nicolás de Pedro, investigador principal del Cidob (Barcelona Centre for International Affairs), advierte de que la OTAN teme algún tipo de incidente en los Bálticos o en Polonia, donde existe un miedo existencial a Rusia, de tipo híbrido ante el que alguien apele al artículo 5 y haya miembros del bloque que lo cuestionen. «Eso podría ser un golpe casi mortal para la organización. De ahí que se haya aumentado el despliegue en la zona con fuerzas rotatorias».

«La OTAN es un pilar importante para EEUU y vital para los europeos. Sin liderazgo estadounidense, no hay Europa en materia de Defensa», destaca De Pedro. Jesús Manuel Pérez, por su parte, recuerda que Europa ha sufrido desde la crisis un progresivo desmantelamiento de sus capacidades militares por falta de inversión, mientras Rusia se planteaba un ambicioso plan de modernización para 2020, que ha sido frenado por las caídas del precio del petróleo durante el pasado año. Pero teniendo en cuenta a los países de la UE, y dejando la OTAN al margen, existe «un preocupante desequilibrio militar de Europa frente a Rusia».

El analista considera que, en materia de defensa y seguridad, las relaciones entre la OTAN y Rusia son hoy en día propias de una Guerra Fría. «Existe una hostilidad geopolítica con un enfrentamiento ideológico de fondo que está conformando una nueva era de rivalidad». Y el germen está, a su modo de ver, en que Rusia no aceptó la pérdida de su imperio con el fin de la Guerra Fría mientras que la OTAN se expandió hacia el Este sin tener en cuenta las suspicacias rusas.

Rusia desempeñará en el futuro un papel como rival de la OTAN. Pero está en el aire lo que sucederá en muchos países del bloque donde fuerzas simpatizantes con Putin tienen posibilidades de alcanzar nuevas cuotas de poder. Y es que los gobiernos que no tienen la más mínima simpatía con Putin ya están aumentando el gasto, potenciando alianzas y haciendo reformas.

Mientras que Donald Trump viva su particular luna de miel con Putin, en algunos países de la OTAN cundirá el nerviosismo y se tratarán de potenciar los mecanismos de seguridad colectiva. No obstante, Trump no podrá construir una imagen de patriota que impulsa la grandeza de su país y a la vez mostrarse débil ante Putin, «así que en algún momento tendrá que decirle que no y escenificar que le para los pies», asegura Pérez.

Turquía gasta el 1,56% de su PIB

Turquía se encuentra en el punto de mira del terrorismo. Tras el atentado perpetrado durante la madrugada de Año Nuevo, el del jueves en Esmirna se suma a los cientos que ha sufrido en los dos últimos años. El país gasta el 1,56% de su PIB en la OTAN. De Pedro revela que Turquía atraviesa un momento grave y que, aunque no se verbalice públicamente, hay mucha incomodidad y falta de confianza entre varios miembros de la Alianza Atlántica con respecto a la deriva de Erdogan.