Transporte por carretera

Uber recurrirá la decisión de Londres de no renovar su licencia

El consejero delegado de la compañía reconoce sus errores y asegura que hará cambios

Dara Khosrowshahi, consejero delegado de Uber
Dara Khosrowshahi, consejero delegado de Uberlarazon

El consejero delegado de la compañía reconoce sus errores y asegura que hará cambios.

La empresa estadounidense Uber, que gestiona la famosa aplicación telefónica de servicios de taxi, se niega a tirar la toalla en Londres, donde la semana pasada el regulador de transporte municipal (Transport for London) decidió no renovar la licencia.

El consejero delegado de la estadounidense, Dara Khosrowshahi, indicó ayer que recurrirá la decisión dentro del plazo de tres semanas que tienen ahora para actuar. Eso sí, entonó el mea culpa por los errores cometidos. «Nosotros también tenemos que cambiar» explica en una carta remitida ayer al vespertino «Evening Standard». «No seremos perfectos, pero vamos a escucharos, queremos ser socios a largo plazo de las ciudades a las que servimos, y vamos a gestionar nuestro negocio con humildad, integridad y pasión», señaló el directivo.

Por el momento, la compañía tendrá que paralizar el servicio a partir del próximo día 30 de septiembre, cuando se le acaba el actual permiso, después de que Transport for London (TFL) concluyese que «no reúne los requisitos» necesarios para operar en la ciudad, debido a cuestiones de seguridad ciudadana.

«A pesar de que Uber ha revolucionado la forma en que la gente se desplaza en las ciudades, es igualmente cierto que hemos hecho cosas mal durante el camino», reconoce Khosrowshahi en su carta, publicada tan sólo una hora después de que el alcalde de la ciudad, Sadiq Khan, acusase a la compañía de estar «presionando de forma injusta» al TFL. «Lo que no puedes hacer es poner una presión así de injusta sobre un organismo cuasi judicial donde hay gente trabajando muy duro», declaró el laborista. «Me parece bien que tengan un ejército de asesores y abogados, pero nos han amenazado de forma agresiva con llevarnos a los tribunales».

La semana pasada, más de 400.000 ciudadanos instaron a TfL a que revoque su decisión de no renovar la licencia, ya que de esta manera se privaba a los ciudadanos de un modo de transporte «conveniente y asequible».

Uber lleva operando en Londres desde 2012 y durante estos años se ha hecho con 3,5 millones de usuarios y un ejército de 40.000 conductores, que han vivido siempre una gran tensión con el gremio de los taxistas. La empresa ya ha sido prohibida en otras metrópolis de Europa y Estados Unidos.

Según «Sunday Times», Uber estaría dispuesto a realizar avances en la seguridad del pasajero, mejorar condiciones laborales de sus conductores y limitar el número de horas seguidas que pueden trabajar.