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Valores sólidos, la mejor manera de protegernos

La Razón
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Los valores existen desde que el ser humano empezó a organizarse en sociedad y suponen cualidades que nos benefician a todos por igual. Si nos remitimos a su significado léxico, el valor es: “Grado de utilidad o aptitud de las cosas, para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite”. Y es precisamente en esta acepción de la palabra en la que me gustaría centrarme. Los valores proporcionan a la sociedad prosperidad y habitualmente buen gobierno, y por ello son cualidades que debemos saber mantener, cuidar y transmitir.

Algunos valores han existido desde siempre como la virtud, la felicidad o la belleza. Sin embargo, el criterio para darles valía no es siempre el mismo. La conciencia y la importancia que se debe atribuir a su cumplimiento varían en función de criterios demográficos, geográficos, sociológicos...

Los valores forman un paraguas bajo el que se dan cabida las acciones de los individuos dentro de la sociedad. Pero una cosa es conocer los valores ampliamente aceptados y otra cosa es actuar bajo sus parámetros. No obstante, merece la pena el esfuerzo. Los valores predispuestos en la sociedad durante la historia están ahí por algún motivo. Me refiero a valores como la solidaridad, la integridad, la justicia, la equidad, la empatía, la humildad, la fidelidad, la sinceridad, la perseverancia... Estas cualidades nos muestran el camino a seguir para conseguir un mundo más próspero.

Los valores inciden en las relaciones interpersonales y conforman la calidad de las mismas en una determinada sociedad. Solo una sociedad basada en personas con valores nos asegura una convivencia sana y ante todo, segura. Vivimos en un mundo en el que se habla de la pérdida de la conciencia social, los valores y el respeto, así como del descuido de la educación de las nuevas generaciones. Debemos concienciarnos en la importancia de adoptar unos valores de los que nos sintamos orgullosos, de cultivarlos y en especial, de saber transmitirlos a los que nos rodean.

Y es que como se dice: “Lo importante en la vida no es tu posición, sino tu disposición”. Todo es cuestión de actitud.