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El AVE, rumbo a Arabia

La Razón
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Se cumple un año de la consecución del mayor contrato que un consorcio liderado por empresas españolas ha obtenido fuera de nuestras fronteras.

La adjudicación del diseño, construcción y operación de la línea ferroviaria de alta velocidad entre las ciudades saudíes de La Meca y Medina al consorcio hispano-saudí AlShoula Group por un importe de 6.736 millones de euros –en el que Renfe desempeña una posición de liderazgo junto con Adif, Ineco y otras empresas privadas españolas– supone un hito extraordinario para la economía española en términos de generación de empleo y riqueza y de imagen de marca.

Para España este consorcio representa además un ejemplo de la excelente colaboración público-privada de nuestro sector empresarial y su vocación exportadora. El hecho de que un grupo empresarial español haya sido seleccionado para un proyecto de esta dimensión es demuestra que nuestro país tiene una capacidad espectacular en ingeniería, en obra pública y en transporte ferroviario.

El contrato firmado va a suponer la construcción, puesta en marcha, operación y mantenimiento durante un plazo de doce años de una línea ferroviaria de alta velocidad entre las ciudades santas de La Meca y Medina. La magnitud del proyecto, que ha comenzado a dar sus primeros pasos con la construcción de las infraestructuras primarias, plantea un reto de gran envergadura para todos nosotros.

Los casi 450 kilómetros de vía doble electrificada darán un servicio eficiente y de calidad a los ciudadanos que realizan su viaje entre Medina, Yeda y La Meca, cuyo número crece año tras año, así como a los visitantes y residentes de estas ciudades. Este servicio es clave en este proyecto, ya que se esperan más de sesenta millones de viajeros anuales. Con estas cifras, esta línea se convertirá en una de las de mayor tráfico del mundo.

El trazado contará con trenes equipados con la última tecnología de señalización y sistemas de comunicaciones, que podrán circular a velocidades de 320 km/hora. Ello supondrá que el tiempo de viaje entre La Meca y Medina se realice en menos de dos horas y 30 minutos.

Se construirá así uno de los ferrocarriles de alta velocidad más seguros del mundo, que incorpora las últimas innovaciones tecnológicas, que junto con los más modernos equipamientos, permitirá un servicio con la máxima calidad y fiabilidad. No debemos olvidar que, dado el entorno geográfico, el rigor de las temperaturas extremas, los problemas de cruzar un desierto y las exigencias de servicio vinculadas a la masiva peregrinación de dos ciudades santas del islam, esta construcción supone un reto de suma importancia.

Nuestra apuesta por exportar nuestros mejores valores es total. La alta velocidad española acaba de cumplir veinte años, desde aquel primer AVE en la línea Madrid-Sevilla que empezara a rodar. El sistema de Alta Velocidad, desarrollado gracias al esfuerzo conjunto de todos los españoles, ha proporcionado a los ciudadanos numerosos beneficios. La reducción de los tiempos de viaje, hasta hacerlos competitivos incluso con el avión, la conexión y vertebración territorial y las mejoras en términos de seguridad, fiabilidad y confort para los viajeros han convertido al AVE español en un modo de transporte exportable y en expansión, y uno de los motores de desarrollo socioeconómico de nuestro país.

Pero el viaje del AVE también debe ser internacional. Hoy, nuestro país se ha convertido en referente en el mundo por su modelo de desarrollo de la Alta Velocidad ferroviaria, y se sitúa a la cabeza en extensión de red, modernidad y versatilidad de la flota, velocidad comercial y puntualidad. Un éxito en términos de infraestructura que también ha permitido a España desarrollar una tecnología propia con capacidad para ser exportada al resto del mundo.