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El bipartidismo resiste bien

La Razón
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La encuesta sobre intención de voto elaborada por NC Report para LA RAZÓN demuestra que el bipartidismo en España está muy lejos del ocaso, aunque PP y PSOE se resientan por la emergencia de nuevos partidos al calor de la crisis económica. De hecho, si se celebraran hoy las elecciones generales, las dos formaciones mayoritarias sumarían el 53,2 por ciento de los votos, con un total de 249 escaños, de los 350 que componen el Congreso de los Diputados. Y ello, pese a que el sondeo registra la mayor abstención de la reciente historia democrática española (34,4 por ciento), que castigaría especialmente a populares y socialistas. El Partido Popular vuelve a ser el más votado con el 29,7 por ciento del voto declarado, –con más de seis puntos de diferencia sobre el PSOE, que se queda en el 23,5 por ciento– y continúa su lenta recuperación con respecto a los resultados de las elecciones de 2011, en las que obtuvo el 44,6 por ciento de los sufragios. Junto a la abstención, que le restaría el 18,2 por ciento de sus votantes anteriores, el partido del Gobierno tiene un desafío mayor en la recuperación del centro político, que muchos encuestados identifican con Ciudadanos. Aunque la fuga de votos a la formación de Albert Rivera –que crece un 7,2 por ciento en intención electoral con respecto a la encuesta de febrero– no es sólo un problema de los populares, puesto que a Ciudadanos le llegaría hasta un 9 por ciento de los apoyos desde el electorado socialista, lo cierto es que el partido de Mariano Rajoy sufriría un trasvase del 13,4 por ciento hacia el centro izquierda de Rivera, que sólo podría actuar como partido bisagra en la próxima Cámara, una vez que los votantes le descartan mayoritariamente como opción posible de gobierno, relegándole a la cuarta plaza, con un 10,5 por ciento de los sufragios. Pero la encuesta también confirma el declive continuado de Podemos, al que la mayoría de los votantes del PP y del PSOE identifica claramente como un partido de extrema izquierda, que pierde un 8,4 por ciento en intención de voto con respecto al sondeo de febrero, en parte por la recuperación de Izquierda Unida, que sube un 0,5 por ciento, y en parte por las «deserciones» en el apartado de «nuevos votantes». El partido de Pablo Iglesias, que en las encuestas de diciembre de 2014 y febrero de 2015 estaba prácticamente empatado con el PSOE, se desinfla, aunque mantenga la tercera plaza con un 14,1 por ciento de la intención de voto. Todo indica, pues, que en las próximas elecciones generales no se producirá el terremoto institucional que algunos vaticinaban. Muy al contrario, los sondeos registran la ligera recuperación del PP y del PSOE, cuya progresión final va a estar muy condicionada por el éxito que obtengan los dos partidos mayoritarios a la hora de movilizar a sus abstencionistas declarados.