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Arabia Saudita

Arabia Saudí lidera un bombardeo contra los rebeldes de Yemen

Rebeldes hutíes inspeccionan un barrio de Saná bombardeado
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Riad inteviene a favor del presidente Hadi, obligado a huir por los rebeldes.

Los países suníes del Golfo Pérsico han respondido rápidamente a la llamada de socorro del presidente yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, lanzando una operación militar conjunta contra los rebeldes chiíes que tratan de derrocar al Gobierno de Yemen. Bajo el nombre «Tormenta de la firmeza», la aviación de Arabia Saudí bombardeó posiciones del movimiento de los hutíes en la madrugada del jueves y, de nuevo, el jueves por la noche, tanto en la capital como en otras zonas del país controladas por los rebeldes. En la capital, Saná, los bombardeos afectaron a un barrio residencial cercano al aeropuerto internacional, matando a más de 25 personas, todas ellas civiles, incluidos seis niños, según la ONG Amnistía Internacional (AI) y otras fuentes locales.

La misión militar liderada por Arabia Saudí dio comienzo de forma sorpresiva en la noche entre el miércoles y el jueves, tras el anuncio hecho por el embajador saudí en Washington, Adel Al Yubeir, quien aseguró que Estados Unidos está informado de esta maniobra, pero que no está tomando parte directamente en las operaciones militares. Los países que están participando junto al reino saudí son Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Bahréin y Qatar, todos ellos gobernados por monarquías suníes. Éstos integran el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que puede intervenir en el caso de que la seguridad de uno de sus miembros se vea amenazada, tal y como ocurre en el seno de la OTAN con su artículo quinto.

Condena de Irán

El CCG explicó en un comunicado que decidió responder afirmativamente a la petición del presidente yemení, Abdo Rabbu Mansur Hadi, de proteger a su país y su pueblo del ataque de las milicias hutíes, «que han sido y continúan siendo una herramienta en manos de una fuerza extranjera que se entromete en la seguridad y la estabilidad de Yemen». Esa fuerza a la que el CCG hace referencia es Irán, el único país chií del Golfo Pérsico, que supuestamente ha estado ofreciendo apoyo financiero y militar a los hutíes.

Teherán, que siempre ha rechazado estas acusaciones, mostró su rechazo rotundo ante la que calificó de «invasión» de Yemen y advirtió de las graves consecuencias que esta acción puede tener en el país y a nivel regional. Los analistas coinciden en que la intervención militar árabe tendrá, sin duda, repercusiones en el equilibrio de poderes en Oriente Medio, aumentando la tensión entre los dos ejes que hace tiempo están enfrentados: Irán y sus aliados árabes (principalmente Siria e Hizbulá en Líbano), por un lado, y los países suníes (en primer lugar los del Golfo), por otro. Aún así, tanto Arabia Saudí como sus vecinos parecen dispuestos a asumir los riesgos porque, aseguran, no pueden permitir que Yemen caiga en el caos, que podría ser aprovechado también por la red terrorista Al Qaeda, cuya rama yemení es una de las más activas y peligrosas.

Más allá del Golfo Pérsico, Egipto es el país que apoya más firmemente la misión militar, en la que participa con su fuerza aérea y naval, según anunció la Presidencia desde El Cairo. El Ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shukry, incluso ofreció tropas de tierra «si son necesarias» para una hipotética segunda fase de la operación en Yemen. Asimismo, Jordania y Sudán se ofrecieron a participar e, incluso, otros países musulmanes no árabes (Pakistán y Turquía) han mostrado su apoyo a la iniciativa saudí. Este amplio respaldo político es fundamental para el recién coronado rey saudí, Salman Bin Abdulaziz, al que no le ha temblado el pulso para actuar contra los hutíes, que representan una amenaza directa al otro lado de la amplia frontera que Arabia Saudí comparte con Yemen.

El Ejército saudí aseguró anoche que la operación se prolongará el tiempo que sea necesario, hasta reestablecer el Gobierno legítimo de Yemen, aunque, según varios analistas, los ataques aéreos no afectarán de momento al poder que tienen los hutíes sobre el terreno. El movimiento no sólo controla amplias zonas del país, sino que cuentan con el apoyo de buena parte del Ejército yemení, así como de tribus y milicias locales. Los rebeldes consiguieron expulsar de Saná al presidente Hadi hace poco más de un mes, forzando el traslado de su Gobierno a la ciudad sureña de Adén. Pero, ante el avance de los hutíes hacia esa ciudad esta semana, Hadi se vio obligado a abandonar Yemen en busca de un refugio seguro. La televisión estatal saudí anunció ayer que el mandatario había llegado a la capital, Riad, después de haber supuestamente huido por mar al sultanato de Omán el miércoles, dejando atrás a las pocas unidades del Ejército y las contadas instituciones que aún le son leales. Si bien Hadi cuenta con el respaldo de la comunidad internacional, ha perdido absolutamente todo el poder en Yemen.